1. Malena (I): El Regreso


    Fecha: 06/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Baron Ashler, Fuente: TodoRelatos

    ... hurga… ¡¡¡Ahhh!!!
    
    ¡¡¡Vaya!!!, señora, ¿Qué es esto?
    
    Abro los ojos resignada. Ha sacado un pequeño objeto ovalado. Del tamaño de la caja sorpresa de un huevo kinder. Encima de color amarillo.
    
    ¿Qué lleva ahí?
    
    No lo sé…
    
    ¿Cómo que no lo sabe?
    
    La mujer se me echa encima por detrás. Me empuja contra la mesa con la mano en mi nuca. Me inclina hacia adelante hasta que mi nariz toca la mesa y mi culo queda en pompa con los pies de puntillas.
    
    ¡¡¡Ahhh!!! Me sujeta con la mano derecha mientras busca mi ano con la izquierda. ¡¡¡Ay!!! Tiene los dedos dentro… Nunca me habían hecho esto. Creo que me voy a romper. ¡¡¡Ahhh!!! Saca otro objeto, igual que el anterior, un poco más grande.
    
    Vístase y vuelva a poner las manos en la nuca, ¡¡¡Está detenida!!!
    
    Resignada, derrotada me visto lentamente. Vuelvo a poner las bragas, sujetador, el vestido y calzo las chanclas de cuero. ¡¡¡Ayy!!! En cuanto he juntado las manos en la nuca, siento algo duro en mi muñeca izquierda. Es como un brazalete metálico que se ha cerrado a gran velocidad. La agente no se conforma y aprieta el brazalete con un mecanismo que hace un siniestro ruido metálico, como una cremallera o una carraca.
    
    No se resista y los grilletes no le harán daño.
    
    No, no me resisto… ¡¡Ahh!! Me retuerce el brazo. Coloca mi muñeca sobre los riñones. Hace presión con el grillete que ya me ha colocado… Mentira, no me estoy resistiendo y duele.
    
    Me coge la otra muñeca, la lleva sobre la primera. Otra vez el ruido metálico del grillete cerrándose. Noto su dedo, lo coloca entre el metal y mi piel para saber cuánto apretar.
    
    ¡¡¡Ahhh!!! Ha terminado. Mis manos están juntas a la espalda con las palmas hacia afuera. Intento girar las muñecas y no puedo, ha apretado bien ambos grilletes. No puedo separar ni juntar las muñecas. Sólo puedo cambiar un poco el ángulo de los brazos. Es como si los grilletes estuvieran unidos por una bisagra. Es una sensación incómoda, incapacitante… Nunca me había sentido tan indefensa.
    
    La mujer limpia los dos objetos que extrajo de mí. Les saca una foto. Graba comentarios en su móvil:
    
    Dos pequeños objetos que parecen contener droga. Forma de huevo, hechos con un envoltorio plástico, seguramente varios globos.
    
    Corta un poco uno de los objetos con una navaja. Extrae un poco de polvo blanco. Lo huele. Coloca una pizca sobre la lengua y la escupe.
    
    Parece Kallocaína pura. Muy poca cantidad pero un valor en el mercado de más de un millón.
    
    Adela, por favor, trae los reactivos -le dice a la otra mujer.
    
    Usted siéntese en esa silla -me dice señalando a un triste taburete que hay en un rincón.
    
    Y no quiero verla moverse.
    
    Obedezco. Me cuesta sentarme sin poder usar las manos. Temo caer pero lo consigo. No puedo apartar la vista de los dos pequeños huevos sobre la mesa. La otra mujer se va… No sé si desear que vuelva rápido o que nunca encuentre ese maldito reactivo.
    
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    ¡¡¡Ayyy!!! ¡¡¡Ayyy!!! Sigue… fuerte… chúpame ...