1. Una lujuriosa y muy perra madura


    Fecha: 06/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AREIK, Fuente: CuentoRelatos

    ... obvio que algo que le producía alguna sensación especial, estaba pasando por su mente.
    
    Dos paradas después (a mí me faltaban tres paradas más) se levantó casi toda la gente de sus asientos, inclusive ella. Instintivamente me paré y me coloqué por detrás, a su espalda, casi respirándole encima. Pude sentir el aroma leve de perfume y un suave y exquisito aroma corporal. Mi pensamiento instintivamente afloró en voz clara y pausada; susurrándole al oído:
    
    —Voy a seguirte hasta tu casa para disfrutarte y que me disfrutes.
    
    Pareció no inmutarse durante un segundo, pero su cuerpo reaccionó arqueándose brusco y mínimamente hacia adelante y girando casi imperceptible su rostro hacia atrás. Bajó del metro con un andar constante y muy seguro de sí misma, ni apresurado ni lento, con el mismo andar sensual de antes.
    
    Al salir de la boca del metro y unos veinte metros más adelante giró un poco su cabeza hacia atrás. No supe que pensó, ni si se sentía molesta, lo cual no sería de extrañar por la situación. Mantuvo el mismo andar casi distraído, continuo y sin pausa. Caminamos alrededor de tres o cuatro minutos por una calle lateral desierta, muy limpia y poco iluminada a unos tres metros de distancia. A mitad de manzana la acera se adentraba unos metros hacia el interior, formando el ingreso hacia un gran parque propiedad de condominios, franqueado por una gran reja de hierro con un gran techo cobertizo. Faltando un metro y a un costado del gran portón de ingreso se detuvo; agachó su cabeza en busca de algo dentro de su bolso. Este parate provocó al continuar mis pasos, quedar nuevamente por detrás, a su espalda y casi pegado a ella. La cercanía me permitió observar que había extraído de su bolso un spray de autodefensa. Instintivamente le dije lo que pasaba por mi mente:
    
    —Voy a respirarte, saborearte… morderte…
    
    Su cuerpo reaccionó con un nuevo y apenas más pronunciado arqueo de tórax hacia adelante y su cabeza hacia atrás, acompañado por un estrechamiento de hombros. Respiró profundo; exhaló el aire; bajó su mano hacia el bolso abriéndola despacio y dejando caer el spray dentro y sin volverse hacia mí, dijo:
    
    —Lo sé, puedo respirar y sentir tu química.
    
    Seguido a sus palabras su cuerpo volvió con un nuevo sacudón a estremecerse más notoriamente. Sacó un manojo de llaves de su bolso por unos cinco segundos y volvió a soltarlo en su interior. Corrí el largo cabello hacia un lado acercándome a la base de su oreja y su cuello por debajo de la nuca;
    
    Crucé uno de sus brazos por el flanco derecho de ella y dirigí una de sus manos ascendiendo su abdomen hasta posarla sobre sus pechos. Mi otro brazo cruzó el flanco opuesto descendiendo su vientre, presionando levemente y alojándolo en el de ella, realizando también una presión ascendente y descendente; se notaría en el acto que la femenina humedad genital se hacía presente. Le dije orgullosamente sensual, sintiéndome sabedor y dando "por hecho el futuro":
    
    —Quieras o no estaré dentro de ...
«1234...»