1. Los divorciados


    Fecha: 10/12/2019, Categorías: Gays Autor: ThWarlock, Fuente: CuentoRelatos

    ... mismo con la única diferencia que se me iba acercando un poco.
    
    -¿Puedo? Preguntó Erick.
    
    Yo asentí con la cabeza, él agarró mi pinga y comenzó a masturbarla. Yo me estremecía de placer, luego de un mes sin tener nada de sexo cualquier cosa se sentía deliciosa. El alcohol ayudaba bastante. No hablamos ni una palabra, solo gemidos y susurros. Se acercó aún más a mí, pegó su cara contra la mía, yo no me resistí. Tomó mi mano como con miedo y la posicionó en su miembro. Era la primera vez que tenía una pinga en mi mano que no fuera la mía. Lo comencé a masturbar como me hubiera gustado que me hicieran a mí. Se pegó a mi cuello mientras buscaba mis atrapados testículos. Vamos dentro del carro me susurró al oído.
    
    Entramos callados y yo posicioné el carro en uno de los puestos lo más apartado posible de vistas indiscretas, se zafó el pantalón y se lo bajó por completo, la escena lucia divina, su miembro erecto le llegaba al ombligo, una gota de pre asomaba brillante en su cabeza. Me incitó a zafarme mi pantalón ayudándome con mi cinturón, rozó ligeramente sus labios con los míos, terminó en mi cuello respirando agitadamente como con miedo. Agarré su cabeza con mis dos manos firmemente por sus orejas y le besé yo. Nunca había besado a un hombre, pero siempre hay una primera vez.
    
    -Si lo vamos a hacer lo hacemos bien.
    
    -Coño Andy yo nunca pensé que te gustara esto.
    
    -Mira Erick yo tampoco pensé que me gustara ni a ti tampoco, así que cállate la boca que no sé tú, pero todo esto es nuevo para mí y estoy calentísimo.
    
    -No, si yo soy primerizo también esto se ha dado porque estamos borra…
    
    -Le callé su boca con la mía. Su aliento etílico sabia diferente a lo que yo estoy acostumbrado a sentir. La boca de las mujeres es más húmeda y ellas se hacen besar. En cambio Erick metía su lengua y jugaba con la mía mientras nos agarrábamos mutuamente la pinga. Lo acaricié como hubiese acariciado una mujer, se sentía delicioso el contacto físico, tibio en este caso con otro ser humano no importaba su sexo. Lo abracé varias veces, jugué con su pelo, lo besé en el cuello y en su oreja derecha, Erick se estremecía de placer y me abrazaba como podía debido al reducido y limitado espacio de mi carro. Bajé suavemente hasta su imberbe pecho, musculoso y aun oliendo a colonia. Lo besé varias veces ahí, entonces me agarró la cabeza y me la subió hasta su boca nuevamente, pasando su lengua por mis labios.
    
    Nos masturbamos un poco más mientras seguíamos besándonos. Me dijo que no aguantaba más y se vino en mi mano. Me ayudó entonces a terminar a mí. Quedamos embarrados pero esbozando una sonrisa de felicidad.
    
    Por suerte yo estaba entrenado por mi primo que siempre me decía: el carro de un hombre soltero siempre debe tener cosas necesarias como un rollo de papel higiénico, uno de papel toalla, condones, fosforera y destapa corchos yo por suerte tenía hasta toallitas húmedas para bebé a mano.
    
    Conducir no fue tan incómodo como yo pensaba aunque no nos ...