1. Me tiro al señor, hetero, de la casa IX


    Fecha: 07/12/2019, Categorías: Gays Autor: lubma, Fuente: TodoRelatos

    ... y con un calentón de tres pares de cojones.
    
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    Ricardo
    
    Noté en cuanto vi el bañador en el suelo que tenían un juego raro. No sé si sería cerdeo o simplemente “colegueo” entre dos miembros de la familia. Pero esos pequeños suspiros que sentí los he provocado y me los han provocado a mi más de una vez al tocarme la polla.
    
    Tuve que colocármela al salir de allí porque me dolía y estaba empezando a marcar los pantalones del líquido que estaba soltando. Se lo tengo que contar a Marcos, y si ya de paso me quita el calentón mucho mejor.
    
    Fui a nuestra habitación a ver si estaba allí, pero nada. Me despeloté dejando mi rabo libre y al hacerlo chocó contra mi abdomen por la fuerza del slip y me pringó el cuerpo de mi propia leche. Fui directo al baño a darme una duchaja (ducha más paja), cuando veo que Marcos había tenido la misma idea. Estaba bajo el grifo del agua, aunque había parado el agua, con los ojos cerrados y jugando con su polla. Me acerqué en silencio hacia él y le agarré la polla. Su reacción después del primero susto al contacto de mi mano en su cuerpo fue relajarse y dejarse hacer.
    
    Le dirigí como a un coche teledirigido antiguo conectado al cable hasta la cama. Le tiré sobre ella y me arrodillé entre sus piernas.
    
    Me metí toda su polla de una sentada en la boca. Sentí como su capullo pegaba contra lo más profundo de mi garganta. Su cuerpo, hasta ahora apoyado sobre sus manos en el colchón, se dejó caer hacia atrás. Sentí como éstas acariciaban mi cabeza acompañando el movimiento que ésta hacia devorando su falo.
    
    Agarré sus pelotas, justo desde la base, y las apreté. Comencé a estirar de ellas como si se las quisiera arrancar de golpe. Con esto hacía que su polla se tensara más. Que su glande quedara más libre del pellejo que lo cubría, y mi lengua pudiera jugar en el lamiéndolo como un helado de hielo en pleno verano.
    
    Su espalda se arqueaba con cada lamida de mi lengua, consiguiendo que su polla entrara más dentro de mi garganta.
    
    Me bajé los pantalones y los gayumbos a la vez sin dejar de comerle el rabo. Fue difícil sacármelo por las piernas sin soltar ese falo duro y caliente de mi boca, pero lo conseguí. Lamí dos de mis dedos y los pasé por mi agujero para ir preparándolo, aunque desde la follada de Christian lo tengo más abierto. Metí los dos dedos de golpe y el grito de placer y dolor que sentí fue amortiguado por la carne que tenía en mi boca, sino nos habrían oído en toda la casa.
    
    Teníamos que ir rápido. ¿Podré echar un polvo tranquilo y sin prisas con Marcos? Porque ambos han sido un “aquí te pillo, aquí te mato”, pero de momento, polvo expréss.
    
    - No sueles ser activo, pero ahora lo vas a ser – le dije subiéndome a la cama y sentándome a orcajadas sobre su polla.
    
    La agarré con mi mano apuntando a mi agujero y fui sentándome sin que le diera tiempo ni a reaccionar. En cuanto sentí su punta rozando mi ojete. Me senté de una estacada llegando a mi ...
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