1. Un equipo muy unido V


    Fecha: 03/12/2019, Categorías: Gays Autor: Benji, Fuente: TodoRelatos

    ... golpeaba con más fuerza, debilitando las resistencias de mi esfínter. Los besos y la paja me ayudaban a relajarme y soltar el aire con pequeños gemidos también ayudaba. El glande consiguió por fin entrar y aunque sentí como si me partieran por la mitad, apreté los dientes y seguí con el ejercicio de gemido-respiración. Él continuó su lenta incursión por mi interior y yo mismo le ayudé apretando el culo hacia atrás. Tardó más de un minuto pero finalmente consiguió clavarla hasta el fondo. El dolor se iba poco a poco haciendo más tolerable. Además estar así abrazado por Álvaro, tan grande y fuerte, me transmitía una paz muy profunda, como si supiera que él me defendería de todo, de mis dudas e inseguridades, del miedo, del rechazo. De la soledad.
    
    Estoy listo - le dije
    
    El comenzó a moverse lentamente. El dolor no desapareció, la sensación de tener algo intentando partirme desde dentro seguía ahí, pero empezaron a aparecer sensaciones físicas placenteras unidas a las emocionales que los abrazos de Álvaro me proporcionaban. Tenía un palo durísimo en el culo, se movía y me frotaba entero, las carnes de mi interior debían estar en tensión extrema , pero al aumentar la superficie de rozamiento, aumentaba el placer, sin duda era la polla que más increíble se sentía dentro, al menos de las 3 que había probado. Un grito se me escapó cuando en una de las entradas acertó de lleno en ese misterioso punto de mi anatomía que hacía que casi me desvaneciera del gusto y mi polla se puso aún más dura en las expertas manos de pajeador del ayudante. Estaba a su completa merced, envuelto en sus brazos, con su velludo cuerpo contra mi espalda, su rabo atravesandome y su mano pajeandome cada vez más deprisa, haciendo que mi polla soltara ese líquido abundante que olía un poco fuerte. Cada estocada venía acompañada de un beso en el cuello, eran tantas las sensaciones que me obnubilaban la mente, no podía pensar, solo sentir el inmenso placer que se apoderaba de mí.
    
    No puedo más… me corro - giré la cabeza para decírselo
    
    Corramonos juntos - y me besó.
    
    La intensidad del orgasmo que me proporcionó Álvaro sin que tuviera que hacer nada fue increíble, mi rabo escupió potentes lefazos sin control, empapando la mano de Álvaro, y escuché a Álvaro gemir y empujar su rabo hasta el fondo y quedarse ahí, soltando su semilla en lo más hondo de mis entrañas. Tardamos unos minutos en recomponernos y recuperar el aliento después del polvazo que habíamos echado. Me tumbé junto a él, apoyando la cabeza en su velludo pecho, y mi mano sobre su corazón. Él miraba al techo y con uno de sus musculosos brazos me abrazaba y me acariciaba el hombro.
    
    Lo siento - dijo casi susurrando, como si se le hubiera escapado
    
    No ha sido para tanto, al principio dolió pero luego he disfrutado muchísimo - me subí un poco sobre él para darle un beso en la mejilla - No te rayes -
    
    No es eso - se giró y nos quedamos los dos desnudos cara a cara, y me clavó su verde mirada - lo siento porque ...
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