1. Estrenando mi culo por la puerta grande


    Fecha: 02/12/2019, Categorías: Gays Autor: Bear92, Fuente: TodoRelatos

    ... eventualmente me dijo que se le había cortado el rollo muchísimo y prácticamente me echó fuera de su casa. Evidentemente, con este percal me quedé súper rallado, y no tenía ganas ni podía volver a casa tan pronto (porque les había dicho a mis padres que iba a tomar algo con unos amigos) así que le escribí a Dani:
    
    J: Dani tío, creo que he metido la pata hasta el corvejón.
    
    D: ¿Qué pasa?
    
    J: Pues que por fin te hice caso, y ha pasado esto (*aquí le explico con todo lujo de detalles la expedición fail a la casa de este chico*)
    
    D: Joder, ya has tenido mala suerte. Pero mira, mejor encontrarte con un gilipollas así que no con uno que encima te quiera hacer algo malo (la habilidad de Dani para relativizar los problemas me alucinaba por aquella época)
    
    J: Si en verdad, lo que peor llevo es que me he quedado con el calentón.
    
    D: Pues recurre al plan B. Vete a la sauna.
    
    J: ¿No habíamos dicho de ir juntos?
    
    D: Yo hoy no puedo ir. Pero está claro que tú necesitas echar un polvo, y estoy seguro de que te va a ir bien hasta sin mi.
    
    J: ¿Pero se fijará alguien en mi? Recuerda que estoy gordo.
    
    D: Si vas a esta que te voy a decir, la frecuentan bastantes osos. Tú serás uno más nada más, y aparte triunfarás, seguro (*me da los detalles para ir a la sauna*)
    
    J: Bueno, pues creo que me he decidido. Voy para allá, ¡luego te cuento!
    
    D: Ya era hora de que te decidieses.
    
    Me volví a coger el metro, y al hecho de que la sauna de por sí estaba lejos de donde estaba, también tuve que dar un rodeo para evitar la posibilidad muy real de cruzarme con mis padres, a los que tendría que dar demasiadas explicaciones. Una vez llego a la sauna, yo estoy temblando como un flan pero con las ganas y el calentón que llevaba superaron a mis reparos. Pagué los 11€ que costaba la entrada por aquel entonces (quién los pillara ahora) y el recepcionista me dio unas sandalias de mi número (45) dos toallas, la llave de la taquilla y un condón. Fui a la taquilla a deshacerme de mis cosas, quedando únicamente vestido con la toalla, y procedí a realizar mi primera incursión en ese mundo, al que tantos reparos tenía pero con el que pronto me sentiría muy cómodo.
    
    Después de dar la típica putivuelta saunera, y si no he visto a nadie que me haya atraído especialmente en ningún sitio, decido ir a la sauna seca. Según entro, me siento e intento contemplar el panorama (nunca vayais a una sauna con gafas; usad lentillas o no veréis tres en un burro porque se os empañarán) enseguida veo que el chico que tenía a la derecha de donde me había sentado me empieza a meter mano en la entrepierna. Con el tiempo me he dado cuenta de que eso no suele ser precursor de nada bueno (hay gente muy desesperada) pero no fue así en este caso. Un tío grandote, musculado, moreno y con barba, y muy guapo de cara y cuerpo me estaba metiendo mano.
    
    G: Hola, ¿qué tal guapo?
    
    J: Bien, ¿cómo te llamas?
    
    G: Giovanni, ¿y tú?
    
    J: Javi, mucho gusto.
    
    Su español no era muy bueno y no hablaba ...
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