1. Los piropos del rudo obrero


    Fecha: 05/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    Las madres de todas mis amigas querían que sus hijas fueran a la universidad para sacarse una carrera que les permitiera acceder a un buen puesto de trabajo. La mía quería que fuese para encontrar novio. Acababa de cumplir los dieciocho años y ya estaba preocupada por que me quedara sola. Le costaba entender que a esa edad tenía varias prioridades por delante del amor.
    
    No tenía ninguna intención de darle el gusto a mi madre, pero aun así, surgió. Conocí a Brais, un aspirante a biólogo, igual que yo, y nos enamoramos. Al principio todo era perfecto, mágico, romántico, aunque fuimos cayendo poco a poco en la monotonía, probablemente por lo mucho que teníamos que estudiar y el poco tiempo libre que nos quedaba.
    
    Llevábamos dos años juntos cuando empecé a plantearme romper la relación. No acababa de dar el paso porque seguía teniendo sentimientos hacia él, pero ya no era el chico apasionado del principio, era más bien aburrido. Nuestro plan más frecuente consistía en cenar en el chino de al lado de su casa y después, si sus padres no estaban, subir a echar un triste polvo. En el sexo tampoco era un maestro, precisamente.
    
    Llegó un momento en que mi madre ponía más interés en la relación que yo misma. Siempre preocupada por si no nos veíamos suficiente o por si pasaba tanto tiempo estudiando o con mis amigas y estaba descuidando a mi novio. No me podía enfadar con ella, la pobre estaba muy sola desde que murió mi padre, pero tampoco podía permitir que dirigiera mi vida.
    
    - Cariño, ¿esta noche sales con Brais?
    
    - Sí, hemos quedado para cenar.
    
    - Podéis venir aquí y estamos los tres juntitos.
    
    - Queremos estar solos.
    
    - Vale. Si lo prefieres, me encierro en mi habitación para que hagáis vuestras cosas.
    
    - Mamá, por favor. Lo que me faltaba es que controles mi vida sexual.
    
    - No, hija, solo quiero que disfrutes y que lo tengas contento.
    
    - Todavía eres muy joven para ser tan antigua.
    
    - Ya paso de los cincuenta.
    
    - La edad perfecta para buscar novio.
    
    - Nadie puede reemplazar a tu padre.
    
    - Claro que no, pero yo también quiero que disfrutes.
    
    Esa noche Brais estaba aventurero y en vez de al chino fuimos a un italiano. Después caminamos hasta su casa, subimos y, sin el más mínimo romanticismo, fuimos directos a la cama. Cada uno se quitaba su ropa y yo me estiré esperando a que se colocara el preservativo y me la metiera. Además de ponerle poca pasión, no solía aguantar más de dos minutos empujando. Él se corría, me daba las buenas noches y yo me quedaba con ganas de más.
    
    Pasaban las semanas y seguía sin reunir el valor para dejarlo. Entre eso, los exámenes, la insatisfacción sexual y tener a mi madre siempre encima, empezaba a estar muy harta. Por si fuera poco, habían comenzado a construir un edificio nuevo justo al lado del mío. Había procurado tener varias horas de lamañana libres porque me encantaba dormir y también para estudiar, pero desde que comenzó la obra, ya era imposible hacer ninguna de las dos ...
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