1. La jardinera del lago


    Fecha: 29/11/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: Gatiko, Fuente: TodoRelatos

    ... milímetros de aire a mi boca, la presión en mi nariz aumentó introduciéndose más adentro pero podía respirar.
    
    Sus compañeros hablaron de que seguramente estaría en el manantial cogiendo agua y decidían si esperarla o irla a buscar, yo mientras ajeno y en mi mundo de sensaciones solo pensé en sacar mi lengua, recorría toda su circunferencia perfecta, por fuera y por encima, girando de izquierda a derecha en círculos perfectos y luego al revés parando siempre en el centro de ese delicioso ano y empujando con mi lengua, disfrutándolo y visualizando solo con el tacto como si fuese braille, era un chute de endorfinas como la droga más pura para mi cerebro comerme ese culo y no pensaba en nada más, de pronto igual que cuando te entra agua salada en el mar, note ese picor en la nariz, mi cara se estaba humedeciendo, más bien era el coño de esa preciosa diosa del pantano que se estaba mojando.
    
    Sus compañeros decidieron marcharse al manantial y ella erguió su espalda, con una mano cogía un mechón de mi pelo y tiraba con fuerza moviendo mi cabeza donde ella quería y controlándola completamente, con la otra mano acariciaba sus pechos y estimulaba sus pezones, sus labios carnosos abrazaban mi nariz y su largo pelo púbico oscuro me tapaba los ojos, ahora si podía sentir ese aroma, un olor delicioso de un largo día de trabajo y excitación penetrante y duradero para toda mi vida en mi recuerdo, se levantó con un gemido y se dejó caer de golpe, mi cabeza recibió todo su peso sin importarle a ella ni lo más mínimo, empezó a apretar fuerte contra mi cara su sexo y moverlo lentamente, bajó hacia mi boca y ahí mi lengua pudo penetrar totalmente, me dio tiempo a empaparla en su flujo y saborear ese delicioso fluido, me habría bebido un basoallí mismo, tan excitante como delicioso y otra vez volvió a mi nariz, empezó a repetir cada vez más rápido ese recorrido, me dolía cada vez más el pelo de lo fuerte que tiraba, pero se le notaba tan excitada que valía la pena, empezó a escucharse el chapoteo de sus fluidos al masturbarse con mi cara y su ritmo se volvió salvaje, tuve que esconder mi lengua porque me la apareaba contra mis dientes casi cercenándomela de la fuerza con la que se rozaba, creí por un momento que también perdía mi nariz que sufría un dolor intenso por la fuerza con la que cabalgaba mi cara, en cualquier momento pensé que se iba a quedar con el mechón de mi pelo de lo fuerte que me cogía, saltaba y se rozaba con toda su fuerza usándome mi cara como su artilugio de masturbación, aun así no quería que parase, ya que esa forma de someter mi cara y ese dolor se mezclaban con el placer que notaba en mis bajos contenidos y apretados en mi pantalón, empapando toda la ropa interior y al límite de sentir un propio orgasmo.
    
    Sus gemidos y su humedad eran cósmicamente reconfortantes y en el punto más álgido cuando casi ya no aguantaba más la infernal fricción de su coño empezó a gemir con fuerza, estaba teniendo un orgasmo brutal, arqueando su espalda ...