1. La jardinera del lago


    Fecha: 29/11/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: Gatiko, Fuente: TodoRelatos

    ... agua, sigo observando y veo un uniforme, es verde hierba y amarillo fluorescente con unas franjas desgastadas reflectantes, imagino que es la persona que estaba deforestando ese trozo de cortafuegos.
    
    Creo que pone un nombre en la parte superior, como no mira y mi curiosidad me obliga, me acerco muy despacio a su ropa, hay solo unos zapatos de protección, unos calcetines, el uniforme, un polo y unos pantalones. Cojo el polo y leo en una plaquita identificativa Inocentey, tiene un número que me imagino que serán cosas de empresa y permisos, el polo está húmedo totalmente supongo que es el sudor de toda la mañana trabajando, realmente es un olor penetrante, ha perdido completamente el frescor de la lavadora, pero se ha vuelto más interesante, no sé si actúan aquí las feromonas o el calor, pero me acerco a la nariz la parte de la axila e inhalo fuerte el aroma de la sisa, ese olor fuerte a otra persona, lo furtivo de la sensación y la parte más primitivamente animal me provocan una erección al instante, sin querer mi pulso se acelera y mi nariz intenta aspirar hasta la última feromona de esa prenda, el calor húmedo me hace perder mi capacidad de pensar y el morbo solo me indica que el premio lo encontraré en otra localización de la parte de abajo de ese uniforme.
    
    Con ansias cojo su pantalón y por la zona de dentro empiezo a olerlo con pasión, los indicios y ese aroma me indican que no llevaba ropa interior con el puesto, imagino que trabajar con tanto calor te hace ser creativo y para mí era el final del arcoíris, ese olor fuerte a sexo matizado con sudor y trabajo, me hacía explotar la polla, estaba gozando el simple roce de mi pantalón y la presión que ejercían mi excitado miembro, olía con ganas el tiro de su pantalón, lo estaba esnifando como un adicto, un cruce cerebral me hizo sacar mi lengua y empezar a lamerlo, la sensación áspera del tejido mezclado con el matiz de un sabor dulce y salado.
    
    ¡Hacía siglos que no sentía tanto placer en mis papilas gustativas!
    
    Otro fuerte estornudo involuntario rompió mi ritual y tributo a aquella ropa usada, su éxtasis me había llevado a estar totalmente ajeno a la realidad y un sonido de alarma me centró de golpe.
    
    ¡Inocentey escuchó el estornudo y me había visto! Gritaba a lo lejos mientras se apresuraba a salir del agua, su figura desnuda emergía de aquel lago dejando ver un precioso y menudo cuerpo, sus pechos más bien contenidos, perfectos, de duros pezones que goteaban como puntas de iceberg derritiéndose al sol, su abdomen marcado por la musculatura de su profesión, seguido de unos excitantes huesos marcados de su cadera, su sexo con un tupido y largo pelo negro mojado me hipnotizaba y hacía recordar en mi cerebro el sabor de su pantalón.
    
    Mi reacción fue salir corriendo, me adentré en el bosque y mirando atrás vi que me seguía persiguiendo y gritando, en ese momento me percate de que sin darme cuenta al huir no había dejado sus pantalones y me los había llevado.
    
    Frene avergonzado y ...
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