La jardinera del lago - Relatos Eróticos

La jardinera del lago

... espere que llegase para disculparme, estaba ya al lado del camino cerca de su vehículo justo detrás de unos setos medio altos, cuando ella se acercó medio, cerré los ojos y me preparé para escuchar la bronca de mi vida con la esperanza de que después de una merecida reprimenda simplemente lo dejase pasar, pero Inocentey se puso el dedo índice en la boca y haciendo el signo de silencio mientras me cogía de la otra mano del pecho sujetándome por la camiseta y mirándome fijamente.

Supertenso preste atención y escuche voces de hombres que se acercaban, de golpe rápidamente Inocentey me empujó para atrás, pero me tropecé con una raíz y caí de espaldas, ella al estar cogida con fuerza perdió el equilibrio y siguió la inercia de mi caída, golpee con mi espalda y cabeza contra el suelo y me quedé tendido, ella puso las manos para parar el golpe y mi cuerpo amortiguo su caída, justo cuando se iba a incorporar esa gente apareció.

Habíamos caído justo detrás del seto y aun estando al lado estábamos escondidos a su vista, rápida Inocentey se volvió a agazapar para que no la descubrieran, yo boca arriba y ella en mi pecho como si montase en motocicleta y alerta con los visitantes.

Eran compañeros suyos, por los comentarios la estaban buscando, imagino que la situación actual de ella era difícil de explicar e imposible de creer, así que la mejor opción era esconderse.

Empezaron a llamarla y la buscaban por la zona donde estaba trabajando, muy cerca de nosotros, pero en dirección opuesta a sus miradas. De repente empezó a picarme la nariz, un estornudo me venía y ella sabía que eran bastante potentes, empezó a hacerme gestos diciendo que me aguantase en silencio, cada vez me picaba más la nariz y justo cuando creía que no podría silenciarlo más, todo se oscureció.

Y es que rápidamente Inocentey había saltado hacia delante, sellándome totalmente mi boca y nariz con su entrepierna, se sentó sin dudarlo en mi cara, sus muslos apretaban mis mejillas, notaba mi nariz totalmente introducida en su sexo y la perfecta circunferencia turgente y abultada de su culo apoyada en mis labios como el mejor de los besos, sus nalgas abrazaban mir barbilla, me dolía el cuero cabelludo extremadamente tenso, ya que me agarraba fuerte del pelo presionando mi cabeza contra ella y su aroma… realmente no lo podía percibir nada, intentaba respirar, pero era imposible totalmente, no quería hacer ningún ruido, pero mi tiempo se acababa, seguramente fueron segundos, pero cuando te asfixias se vuelven horas, empecé a forcejear un poco y ella violentamente se levantó escasos milímetros para acercarse y decirme susurrando, -.!Callate! Preciados segundos que aproveché para coger aire y volver a esa inmersión en su sexo, intente relajarme para aguantar el máximo de tiempo sin respirar, creo que aguante mucho y supere mi récord de apnea, pero empezó a faltarme el aire, esta vez sus compañeros se acercaron un poco más y ella al tirarse para adelante a vigilar dejo llegar unos ...