1. Te recuerdo que eres mía II


    Fecha: 26/11/2019, Categorías: Incesto Autor: NenaJoven, Fuente: TodoRelatos

    ... habitación, al sentirlo tan cerca y a la vez tan lejos.
    
    – ¿Así que ahora nos ignoraremos sin más? –le dijo un tanto embrutecido por el alcohol.
    
    – ¿Se puede saber qué haces aquí? –le replicó ella mosqueada.
    
    – Vine a pasar las fiestas en familia –contestó irónico.
    
    – Eres un viejo lobo mentiroso, ¿Para qué volviste?
    
    – ¿No es obvio? He regresado para recuperarte porque, te recuerdo que eres mía –sentencio con una sonrisa prepotente y encantadora.
    
    – ¿Tú que crees que soy? ¿Una camiseta vieja que dejas botada y la recoges cuando te da la gana? –espetó molesta–. Estúpido, prepotente, egoísta–. Se mordió la lengua para no soltar una sarta de poco halagüeñas palabras de su parte.
    
    – Tienes razón, lo arruiné, por eso he regresado, para darte una explicación y porque tienes que estar a mi lado –convino él como si se tratase de una verdad universal.
    
    – Estás loco –intentó abrir la puerta, pero en un rápido movimiento la arrinconó contra la pared–. Déjame Henry.
    
    – Recuerdo lo mucho que te gustaban los asaltos contra la pared –dijo mientras se pegó más a ella, ese roce entre sus cuerpos no pasó indiferente para ninguno.
    
    – E-Eso forma parte del pasado –Nerea maldijo para sus adentros, odiaba sentirse así, tan expuesta ante él, se odiaba por no estarle plantando cara tal como se había prometido en medio de una de sus noches de llanto por su abandono. Odia que su cuerpo la traicionase excitándose inmediatamente ante sus caricias. Pero es que ese olor, su olor, ese aliento impregnado de whisky le removió tantos recuerdos que su corazón se desbocó.
    
    – Tu cuerpo me reconoce princesa –señaló complacido al sentir ese leve temblor. Con un rápido movimiento separó sus piernas encajándose dentro de ellas.
    
    – ¡No te atrevas a llamarme así en lo que queda de tu puta vida! –forcejeó en vano para liberarse, por el contrario, el roce solo logró endurecer el miembro de su tío–. Debes soltarme, alguien puede vernos.
    
    – Todos están abajo, sentiremos las pisadas si deciden subir, me enviaron para que nos arregláramos y eso estoy haciendo –empujó con cierto descaro su sexo, que deseaba un reencuentro, con solo esas telas separándoles. Con maestría cogió su pierna pasándola por su cadera para que la distancia que los separaba se hiciera más estrecha.
    
    – ¿Crees que esto significa algo? Seguí con mi vida, ya te superé, ahora tengo novio –soltó altanera mientras maldecía por sentir la humedad en su coño.
    
    – Mentira –gruñó–. Si tuvieras novio yo lo sabría, en esta familia hasta el vuelo de una mosca es reportado por el dichoso grupo de WhatsApp.
    
    – Si pude estar liada contigo dos años, ten por seguro que puedo pasar a mi novio por debajo de la mesa.
    
    – Nerea… –soltó por lo bajo– no puedes mentirme, se te olvida que te conozco mejor que la palma de mi mano –hundió su rostro para inhalar el olor de su cuello–. Te lo dije, despellejaré a cualquier incauto que se te acerque. Sigues usando el perfume que te regale. Me perteneces pequeña –ella ahogó ...
«1234...»