1. Mi Hermano es una Bestia…


    Fecha: 23/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Januman, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sorpresa Walter no se la sacó, se quedó así, como si se hubiera pegado como los perros suelen hacer.
    
    Por supuesto yo sabía que eso no era posible; aunque como el rabo de mi hermano es tan macizo y si se le había hinchando tanto, quizás, no lo sé. En eso escuché como Walter comenzó a elogiar a su mascota, diciéndole cosas como:“¡Bien hecho, muchacho! ¡Eres un campeón!” Dándole palmaditas en el lomo; con lo que Sansón empezó a menear la colita y poco a poco se logró zafar él solo del miembro masculino de su amo. Entonces el perro, seguramente como parte de su entrenamiento, se giró sobre la silla y se puso a limpiarle con la lengua la verga a mi hermano, haciéndolo gemir otro poco más. Y al cabo de un rato él se lanzó a la pileta y Sansón lo siguió y se aventó para nadar y juguetear con su dueño y macho.
    
    …
    
    El haber mirado a mi hermano mayor culearse a su perro, me produjo un morbo tan grande y una calentura como nunca antes había sentido; ni todas las películas pornos de su colección o todas las veces que he cogido a alguna chica, me producían ese mismo nivel de excitación. Ni siquiera el delicioso recuerdo de cuando a mis 13 años desvirgué a una nenita de diez y con la que comencé a sentirme hombre, nada de eso lograban calentarme tanto como ver desde la ventana de mi habitación a Walter follarse a Sansón en el patio trasero; presenciar cómo mi hermano le introducía toda su inmensa hombría y como el muy puto perro se dejaba dócil y de lo más amaestrado. Fue a partir de ese día que yo empecé a estar más obsesionado con mi hermano y su mascota, queriendo encontrarlos y espiarlos más veces en ese perverso y duro sexo entre un macho amo y su complaciente mascota. Un domingo en que yo hacía la tarea en la mesa del comedor y Walter veía la televisión en el sofá de la sala, Sansón se acercó a él meneando la colita y jugueteando luego le metió el hocico en medio de los gruesos muslos, justo por dentro de una de las aberturas de las piernas de la floja calzoneta de mi hermano, y como éste sólo se rascó los pelos de su panza como si nada. Yo me puse erecto al instante, disimulando que no los veía, mientras comprobaba que a él le gustaba y también se le paraba la verga; puesto que su bulto crecía de un modo muy notorio debido a sus dimensiones. En eso Walter se levantó, apagó el televisor y se fue a su dormitorio con el perro siguiéndolo, cerrando la puerta detrás de él.
    
    Yo de inmediato me fui al pasillo y traté de escuchar cómo mi hermano mayor estaba por penetrar a su pitbull. Me saqué mi tieso miembro y me puse a pajeármelo imaginando como Walter se desnudaba y subía al perro a su cama, y ya teniéndolo en cuatro comenzaba la tarea de metérsela entera por el culo al can. Esa idea me calentaba a tope; imaginando a mi hermano todo sudado y con una sonrisa en su rostro al ver complacido como su perro aguantaba y recibía toda su vergota, meneándose y babeando las sábanas; en lo que él ya se la clavada con fuerza y agarre. Me pareció poder oír sus ...
«12...456...17»