Deuda Aplazada......Mis pecados al máximo. - Relatos Eróticos

Deuda Aplazada......Mis pecados al máximo.

... regrese a la casa a ultimar los detalles del viaje.

Al otro día, en Cartagena llegué al hotel, ubiqué el salón del congreso, me registré y luego fui a la recepción para indicar a qué habitación llegaría. Alejo ya había anunciado en la recepción que llegaría. Bienvenida Señora – dijo el encargado del hotel – su esposo ya nos indicó de su presencia, acá tiene la llave, y el botones las conducirá a su habitación.

He de reconocer que sentí un escalofrío – ¿Mi esposo?

Llegué a la habitación, Alejo no estaba. Vi su maleta y algunas cosas, que así que eran, claro, de Alejo. La habitación estaba perfectamente organizada, y en la mesita había un ramo de flores y una fruta recién preparada, me cayó de perlas, tenía mucha hambre. Noté que el ramo de flores tenía una tarjeta, la tomé y leí:

“Hola amor, que bueno que podamos compartir estos días en esta ciudad paradisiaca, he tenido que salir a atender unos asuntos, pero nos vemos en la tarde. Te amo, tu esposo Alejo.”

La nota terminaba con unos dibujos hechos a mano, imitando unos emojis de caritas de carcajadas. Sonreí.

Tomé una ducha y me organicé para asistir al congreso. Pasé el resto del día en el evento, incluido el almuerzo, pues éste hacía parte de la organización. Ya llegando casi a las cinco de la tarde, se estaba cerrando la jornada el primer día. Por el altavoz informaron que estábamos cordialmente invitados a un evento de integración en el restaurante del hotel a las nueve de la noche.

Revisé el celular, en busca de alguna llamada perdida o mensaje de Alejo, pero no había señales. Le timbré, pero entró al buzón, así que me despedí de algunos colegas con quienes compartí el primer día del evento, y subí a la habitación.

En la habitación, tampoco había señales de Alejo. Me recosté en la cama, y prendí la televisión, para sentirme acompañada. En ese momento sonó el celular, era mi esposo, - el de verdad – agregó mi mente. Nos saludos amorosamente, nos comentamos los hechos del día, y le comenté que estaba en la habitación descansando un rato, y que esta noche había un evento en el restaurante del hotel, que era parte del congreso. Me deseo que pasara un buen rato, y que mañana nos volvíamos a llamar.

Habían pasado unos cuarenta minutos, cuando volvió a sonar el celular, era Alejo – “esposo Alejo”, agregó mi yo aventurero.

Alejo me dijo que ya estaba terminado sus asuntos, que llegaría al hotel en un par de horas, que por favor me arreglara para salir, que íbamos a pasar una noche espectacular, que me garantizaba que sería algo que estaba seguro de que yo no había vivido, pero que sabía que me gustaría. Escuche una risa con tono sarcástico y colgamos.

Organicé mi ropa, y escogí el vestido para esa primera noche, tomé una ducha larga y luego me arreglé. Claro, estarán pensando, y sí, sí llevé mi collar de perlas medianas, que terminan en un solo broche atrás, es bonito, pero lo llevé pues sabía del efecto que éste estaba causando en mis hombres. En ese momento llegó ...