1. Un castigo en la granja (27)


    Fecha: 20/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    ... esa. Mi madre fue la primera en reaccionar.
    
    - Pues vamos a la cama que estaremos más cómodos!
    
    Nos fuimos a la habitación de mi madre y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo nos desnudamos los tres por completo. Mi madre se tumbó en la cama boca arriba con las piernas ligeramente abiertas. Sus tetas se expandían por su pecho de una forma maravillosa con los gordos pezones erectos. Sus labios vaginales sobresalían todavía mojados entre sus piernas. Me puse nervioso ante esa visión tan espectacular sin saber por dónde empezar.
    
    Me tumbé sobre ella sintiendo el contacto de todo mi cuerpo contra el suyo. La besé suavemente en los labios, pero su boca me exigió un beso más lascivo y las lenguas se enroscaron como serpientes.
    
    Bajé con la boca hasta su pecho para hacer algo que me encantaba, chupar los gordos pezones. Los lamí, los chupé, los succioné, incluso los mordí con delicadeza arrancando leves gemidos de su cálida boca.
    
    Continúe reptando por su cuerpo hasta llegar a su expendido coño. Lamí sus inglés para acabar penetrando con la lengua entre la raja. Mi hermana se había sentado a un lado sobre la cama y miraba cada uno de mis movimientos. Cuando mi madre comenzó a jadear por las lamidas que le estaba dando en el coño, mi hermana se inclinó para besarla en la boca mientras le sobaba las tetas con una mano. Parecía que no se conformaba con tan solo mirar.
    
    El morbo era tremendo, pero para Sara no parecía suficiente. Dejó de besarla quedándose con los labios a escaso centímetros de los de ella.
    
    - Quieres que te folle tu hijo? – le susurró pellizcando uno de los pezones.
    
    - Ahhh, claro que quiero! – contestó mi madre entre jadeos.
    
    - Te pone tan zorra como me pone a mi?
    
    - Ahhh, muy zorra, cielo!
    
    - No me llames cielo. En la cama soy una puta, como quiero que lo seas tú ahora!
    
    Mi hermana era cada vez más dura e implacable en sus exigencias, pero mi madre estaba dispuesta a admitirla todo.
    
    - Ahhh, de acuerdo zorra! Será más puta que tú! – gruño mi madre intentando acceder a los deseos de Sara.
    
    Dejé de lamerle el coño y me coloqué de rodillas levantando sus piernas para colocarlas contra mi pecho. Cuando me agarré la polla para orientarla sentí las venas que se marcaban en el teonco más gruesas que nunca. Apliqué el hinchado y endurecido capullo contra la raja y penetró entre el calor y la humedad que desprendía la vagina.
    
    - Ahhhhg! Diosss! – gimió mi madre al sentir la profunda penetración.
    
    - Te gusta la polla de tu hijo, eh, zorra! – volvía bramar Sara.
    
    - Ahhhhg! No sabes lo zorra que me pone! – contestó mi madre accediendo a los deseos de Sara.
    
    Yo ya estaba que me salía, y comencé a bombear intentando que el ritmo fuera lento. Sara manoseaba las tetas de mi madre apretándolas y dándoles leves pellizcos a los pezones. Yo sentía su excitación en las piernas notando como temblaban levemente contra mi pecho. Comencé a bombear más rápido sintiendo que mi polla iba a estallar en cualquier momento. ...
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