1. Cuñada solidaria (Parte 2)


    Fecha: 19/11/2019, Categorías: Incesto Autor: eskrytor, Fuente: CuentoRelatos

    ... no.
    
    -Sara, un ratico breve solo para ayudar a que se te moje nada más. Déjame hacerlo. No seas tan durita. A esto también hay que ponerle goce.
    
    -Ay cuñis. No tengo mucho tiempo. Una lamida nada más para quitarte la idea.
    
    No podía creerlo. Halé una silla del comedor contiguo. Me senté y tuve su panocha servida justo en mis narices.
    
    -Apúrate cuñis.
    
    No empecé suave y despacio como solía hacerlo con Paola. Esta vez decidí por estrategia hacerla sentir mi hombría desde el primer envión. Metí mi lengua con firmeza y le lamí justo en la zona del clítoris. Ella emitió un gemido y su cuerpo dio un respingo que le puso la piel de gallina. Había dado en el blanco. No le di oportunidad de receso. Continué lamiendo su cuca con más ahínco y firmeza aplastando mi lengua dilatada sobre su carnosidad vencida. Ella jadeó y gimió. Me tomó por mis cabellos como queriendo empujar mi cabeza más hacía dentro de su sexo.
    
    -Ay cuñis, así, no pares, sigue, ah, ah, hmm
    
    Supe en ese momento que la había conquistado. Al menos sexualmente. No era momento de parar ni de descansar. Seguí lamiéndola, chupándola, besándola, apretujando sus labios menores en mis labios, resbalando sin cesar mi lengua contra su vagina cálida y olorosa. Mis brazos acariciaban sus muslos y ella explayaba aún más sus piernas para entregarse completamente a mis afanes.
    
    -Cuñis, así, ahh ahh.
    
    La complací sin parar con energía, con todo el morbo del mundo. Con todas las ganas que puede un hombre tener cuando quiere cogerse a una mujer ajena y prohibida. Le chupaba su concha como hacía mucho no se la chupaba a mi mujer. Mis ganas eran genuinas, lejos de ser rutinaria. Era ahora o nunca. Seguí aunque me sentí agotado un poco de tanto tener mi quijada exigida y mi boca trabajando en comer su sexo. Ese sexo rozagante, carnoso ahora totalmente mojado y dilatado que expelía un olor a hembra. Olor diferente al de su hermana menor por cierto. Era un olor vaginal más suave que el de Paola. Mi cara estaba ya inundad de jugos cuando sentí que Sara emitió un gemido intenso, fuerte, desgarrado. Su cuerpo se contrajo y se contorneó intentando alejarme de su sexo.
    
    -Ay cuñis, me vine. La tengo sensible muy sensible. Dame tiempo. Hmm hmm. Ah.
    
    La dejé disfrutar su orgasmo acariciándole sus muslos relajados. La abracé y ella me correspondió metiendo su cara en mi pecho velludo. Me acariciaba mi abdomen y mi pene con su mano sin dejar de respirar de forma jadeante. Estaba en ese estado indescriptible de goce corporal. Disfrutando del cosquilleo de un orgasmo.
    
    -Cuñis rico. No sabía que la sabías comer así. Hacía rato que no sentía tan fuerte un orgasmo. Me dejaste cansada cuñis.
    
    -Ven, vamos a la cama.
    
    Cedió sin reparos. Se bajó del mesón. Caminó al cuarto y se sentó en el borde de la cama. Mi verga parada apuntaba su cara. No hubo permiso ni palabras. Simplemente me acerqué y se la puse en su boca. Ella le dio besitos. Después la lamió despacio y le dio unas chupadas suaves y breves. El ...
«1...3456»