1. Cuñada solidaria (Parte 2)


    Fecha: 19/11/2019, Categorías: Incesto Autor: eskrytor, Fuente: CuentoRelatos

    Ese miércoles desperté temprano como siempre. Al abrir los ojos todo se me vino a la mente. Miré hacia el cuerpo de mi mujer que yacía esta vez acostada boca arriba sin sábanas y con sus piernas medio abiertas. Su cuerpo apenas estaba cubierto por una diminuta tanga de tono claro. Un sentimiento de miedo recorrió mi cuerpo por un instante al preguntarme qué sucedería si ella llegara a enterarse de los acontecimientos entre su hermana querida y su marido. Un atisbo de culpa me invadió. La miré un poco dormir en la penumbra de la alcoba. Respiraba profundamente. Yo me levanté con una carga de emoción en la cabeza de solo recordar lo que había sucedido con Sara el día anterior. La ansiedad de querer que el reloj caminara hacia las diez de la mañana y volver a tener sexo prohibido, se apoderó de mí. Qué locura!
    
    Había hecho yo un esfuerzo por mantener mi cordura y estar menos distraído con mi mujer. Lo que menos convenía era levantar sospechas de que algo no estaba en su sitio. Paola despertó al poco tiempo y me abrazó de pie y desde atrás mientras yo preparaba el café en la cocina. Sentí el calor tibio de sus senos pequeños cónicos desnudos al pegarse a mi espalda. Me giré y le di un beso suave en sus labios carnosos. La vi allí dispuesta, con solo su tanguita de color claro, que ahora bajo la luz encendida podía saber que era de color rosado. Ella me abrazó sonriente posando sus brazos extendidos por mi cuello. Me miró con ternura. Yo al tenerla así casi desnuda frente a mí insinuando sexo, una erección potente se asomó abultando mi bóxer corto vino tinto. Lo notó con cierto morbo de inmediato.
    
    -Guao, funciona ya, al parecer
    
    -Si amor, pero desafortunadamente aun no puedo tener sexo -le mentí
    
    -Lo sé, igual yo tampoco. Tengo que abstenerme hasta que termine el tratamiento. Todavía me faltan 12 o 13 días. Pero sácalo para ver cómo te quedó. Es primera vez que te lo veo así parado.
    
    Yo sonreí y jugando a ser un stripper me bajaba el calzoncillo a media pero no lo suficiente como para que ella pudiera ver mi pene. Después finalmente me lo bajé dejándolo caer al suelo entre mis pies. Mi verga se salió entonces disparada apuntando hacia ella.
    
    -Te quedó bien. Se ve derecha y más bonita ahora. Que viva la ciencia médica. Ahora me la vas a poder meter más fácilmente.
    
    -Si amor. Te voy a poner en cuatro te voy a dar buena verga y vas a poder clavarte y menearte como tú quieras encima sin que yo me ponga tenso.
    
    -Ay amor, tu tan vulgar, pero la verdad me pones caliente. Ya quiero tenerla adentro.
    
    -Ojalá pudiera amor. Esperemos con paciencia algunos días y listo.
    
    -Esperaremos amor. Igual tampoco yo puedo por lo del tratamiento de la cistitis.
    
    Mi mujer extendió su mano y me hizo unas leves caricias en mi pene. Medio masturbándolo con cautela y suavidad. Me preguntó si no me dolía. Yo le respondí mentirosamente que no, pero que los tejidos internos aún estaban inflamados y un coito y una eyaculación seguramente si me dolerían todavía. ...
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