1. Mi odiosa hermanastra (2)


    Fecha: 15/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... mía.
    
    .............................................................
    
    A la noche llamaron a mi puerta. Como era su costumbre, Florencia no esperó a que yo la invitara a pasar.
    
    —Escuchame, no quiero dormir abajo en el living, me da paja bajar por la escalera con todas mis cosas, y además papá se levanta muy temprano. Va a ser muy incómodo dormir ahí. —dijo la intrusa.
    
    —¿Esa es tu manera de pedirme que te deje dormir acá de nuevo? —pregunté.
    
    Me clavó una mirada intensa con sus grandes ojos marrones, pero de un momento a otro la mirada pareció suavizarse.
    
    —¿Me dejás dormir acá por esta noche? —Preguntó, con una pizca de humildad. No lo pidió por favor, pero tampoco esperaba tanto de ella.
    
    —Bueno, pero no se te ocurra desubicarte como ayer —advertí.
    
    —Con eso ya estamos a mano —señaló con su mirada la muñeca que le había lastimado, aunque ya no tenía marcas.
    
    Trajo su colchón y sus sábanas, y como el día anterior, se acomodó al lado de mi cama. No había tanto espacio en mi cuarto, sino, supongo que hubiese dormido lo más lejos posible de mí.
    
    Cuando terminó de estirar las sábanas se quitó el pantalón y la remera que llevaba. ¡Con qué facilidad se quitaba la ropa mi hermanita!
    
    Quedó con un conjuntito de ropa interior blanca, uno diferente al del día anterior, obviamente, solo que era del mismo color. La tanga no era tan diminuta como la que yo guardaba en esa misma habitación, pero la tela blanca se metía entre sus nalgas con demasiada facilidad. Mirá ese culo come-trapo, solía decir Juancito cuando veía una hembra voluptuosa con prendas ajustadas. Y el culo de Florencia era el más come-trapo que había. Se podía esconder un ropero adentro.
    
    —¿Te incomoda verme así? —preguntó—. No me gusta dormir en pijama. Y de hecho, suelo dormir desnuda.
    
    Me quedé boquiabierto, ante la idea de tenerla totalmente desnuda tan cerca.
    
    —Para nada, ¿cómo me iba a incomodar? —contesté. Y de hecho no me incomodaba, más bien me perturbaba, me calentaba, me volvía loco. Pero no me incomodaba.
    
    —Ah, como te quedaste mirándome... —comentó ella.
    
    —Sólo te miraba pensando en que con qué cosa me vas a salir hoy —contesté, esquivándola.
    
    —No te voy a salir con nada, no estés a la defensiva —aseguró ella.
    
    Se metió debajo de la sábana, pero sólo se cubrió hasta el ombligo. Hacía demasiado calor y la pieza todavía no se había enfriado mucho que digamos. Era agradable sentir el aire frío en la piel. Así que no me extrañó su actitud.
    
    —Te aviso que voy a ver una peli en mi notebook, así que espero que igual puedas dormir. —dije. La verdad era que podía ponerme los auriculares, pero no pensaba hacerlo. Cada vez que pudiera molestarla lo haría.
    
    —¿Qué vas a ver? —Quiso saber ella.
    
    —Joker —respondí, sin siquiera mirarla.
    
    —Ah, yo no la vi todavía —dijo—. Pero no me molesta, igual me duermo fácil.
    
    —Apagá la luz cuando quieras —le dije con sequedad.
    
    —Sabés que estuve pensando... —dijo Florencia—. Creo que me desubiqué ayer. No soy ...
«12...678...»