1. Mi odiosa hermanastra (2)


    Fecha: 15/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... invitaban a meterle algo por la boca. La genética la había favorecido, era de esas personas que eran bellas sin hacer el menor esfuerzo. Pero ella potenciaba su atractivo manteniéndose en forma. Iba al gimnasio con frecuencia. Y eso que entre su trabajo y la facultad parecía no tener tiempo para nada más. Pero igual se ejercitaba varias veces a la semana y las piernas eran las más beneficiadas con tanto entrenamiento. Eran largas y torneadas, y los muslos eran anchos y musculosos. Quizás en otra mujer eso podría parecer desfavorable, muy masculino, pero en ella no, porque esas gambas hacían juego con el contundente culo que tenía.
    
    Qué hija de puta, ¿cómo podía estar tan buena?, pensaba para mí, mientras me mataba a pajas, evitando hacer ruido. La telita blanca de la bombacha marcaba la hendidura de su vagina. Me daba bronca que justamente esa tipa detestable estuviera tan buena, y encima viviera conmigo, y encima ahora durmiera en mi habitación. Pero, aunque sintiera rechazo por su persona, no podía dejar de estimularme la verga mientras la miraba. La desgraciada era toda una obra de arte.
    
    Acabé, ahogando un fuerte gemido. En ese momento se movió apenas. Por lo visto fue una falsa alarma, pero eso bastó para que apagara la luz. Saqué de abajo de la almohada algunos papeles de cocina, que como buen pajero que era ya los tenía preparados, y me limpié. Después, haciendo el menor ruido posible, para que la pendeja no se despertara, fui hasta el baño para deshacerme de la evidencia incriminatoria y lavarme la verga que había quedado toda pegoteada y despedía un fuerte olor a semen.
    
    Cuando volví a mi cuarto, teniendo mucho cuidado de no pisarla, noté que se encendió la pantalla de su celular. Le había llegado un mensaje. No soy de ir por la espalda y dar golpes bajos, pero se me ocurrió que podía ser útil tener información de ella. Lo de la foto era algo muy raro tratándose de alguien como Florencia. Me había quedado la duda de a quién mierda le iba a mandar esa imagen, porque estaba seguro de que no era solo para tenerla ella. Era vanidosa y egocéntrica, pero tampoco la pavada.
    
    Encendí la luz de nuevo. Por suerte parecía ser alguien que dormía muy profundamente y que no se iba a despertar con un simple sonido. Según había dicho, hacía dos días que no dormía bien, así que eso también ayudaba.
    
    Cuando la pantalla se había iluminado el celular no había hecho ruido ni había vibrado, así que para ella era como que no había pasado nada. Me bajé de la cama. Me incliné para agarrar el teléfono. Pero me cuidé mucho de no alejarme de donde estaba. Me quedé, así como estaba, inclinado, como si me hubiera agachado a agarrar algo que había caído al suelo. Si la traviesa de mi hermanastra se despertaba, simplemente soltaría el celular y haría como que me estaba yendo al baño. Es más, ante el primer movimiento soltaría el aparato.
    
    No tenía clave de seguridad. Eso me extrañó viniendo de ella. Pero mejor para mí. El mensaje había sido de un tal ...
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