1. Mi odiosa hermanastra (2)


    Fecha: 15/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... al gimnasio, no podía evitar mirarla, pero no me quedaba con esa imagen en la cabeza. Cuando salía con sus amigas, y se vestía de una manera recontra perra para ir a bailar, simplemente la ignoraba.
    
    Mi sistema era simple pero efectivo. Mientras no me hiciera la cabeza con ella, iba a estar todo bien. Yo ya tenía mis propias fantasías inalcanzables. No era necesario sumarme una tan complicada como Florencia.
    
    Hasta el momento iba todo bien y la actitud de mierda que siempre tenía mi hermanita me ayudaba a no mirarla como una mujer, sino como un enemigo. Una cosa perniciosa que era mejor esquivar.
    
    Pero desde que la vi en el baño, sacándose esa foto, todo mi autocontrol se había ido a la mierda. Y para colmo encontré esa tanguita negra suya, tirada en el lavadero, y me la quedé, escondiéndola en el baúl donde guardo mis revistas, como si fuese una especie de botín de guerra. Y ahora me la tenía que aguantar en mi cuarto. Todo pintaba que la cosa se iba a ir a la mismísima mierda misma.
    
    —No, está buena, pero hay muchas minas que están buenas y no son tan forras —contesté, haciéndome el boludo.
    
    En esa respuesta había mucha mentira. Era cierto que había muchas minas lindas, pero como Florencia, muy pocas. Y la mayoría de las que estaban tan buenas como ella eran famosas. No era común cruzarse a una chica de ese nivel en la cotidianeidad del día. Además sí que le tenía ganas. ¡Y cómo no iba a tenerlas! De hecho, era increíble que hasta hacía poco había logrado mantenerla alejada de mis fantasías sexuales.
    
    Me fui cuando ya estaba oscureciendo. Cuando llegué a casa vi a mamá y a Florencia viendo algo en la tele.
    
    —En una hora está la comida —dijo mamá.
    
    Fui a mi cuarto. Abrí el baúl de madera donde guardaba mis magas y comics. Entre el Primer y el segundo tomo deVagabond estaba la tanguita negra de Florencia. La agarré. Fui al baño, el cual compartía con mi hermanastra. Ambos teníamos un entrada en cada uno de nuestros cuartos, y cuando lo usábamos, simplemente trabábamos ambas puertas. Para mi sorpresa, colgada en la canilla de la ducha, encontré otra prenda íntima suya. Un culote negro. Cosa rara. Ella era muy cuidadosa con esas cosas. Casi parecía una provocación. Pero esta prenda no me la podía llevar, sino, sería demasiado sospechoso. Pero aun así la agarré. Me la imaginé usándola todo el día, sudando abundantemente en ella. Mi pija se puso dura, mientras sostenía las dos prendas íntimas de mi hermanastra. Dejé el culote donde estaba. Me senté en el inodoro, envolví mi verga con la tanguita robada, y me empecé a pajear. La leche salió abundante y empezó a resbalarse por el tronco, ensuciando la prenda que lo envolvía.
    
    Me di una ducha y lavé la tanguita. Se me estaba haciendo una mala costumbre eso de pajearme con Florencia. Decidí que iba a ser todo lo posible por dejar de hacerlo. De todas formas me llevé de nuevo la tanguita negra a mi cuarto. No podía dejarla en el baño como si nada. Ahora era ...
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