1. Lo siento, abuela (2)


    Fecha: 13/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Hidden Words, Fuente: TodoRelatos

    El vapor, el sonido del agua, nuestro sudor, su mano tocándome, su sonrisa, un beso, mi mano pasando suavemente por su cabello y lo indescriptible.
    
    En psicología, los expertos indican que una experiencia sexual filial puede producir alteraciones futuras, deseos que escapaban del orden moral, obsesiones que no eran prudentes dentro del hogar. No hablo de situaciones forzadas, sino de meras experiencias que fueron difíciles de asimilar en un primer momento debido a la incapacidad para comprenderlas. Un roce, un desnudo, miradas obscenas, la transgresión de la privacidad.
    
    Recuerdos asaltaban mi cabeza y hurgaban en mi memoria; me veía husmeando entre sus prendas, nuestros baños juntos, viéndola vestirse, imágenes borrosas de las curvas de su cuerpo, su sonrisa que demostraba despreocupación por la inofensiva ingenuidad de su observador, como si esta fuera eterna.
    
    Un deseo incontrolable había dormido en mí durante mucho tiempo y la prisión moral que lo contenía parecía debilitada y dispuesta a ceder a sus exigencias.
    
    ***
    
    Por las noches me envolvía una tormenta de pensamientos y la culpa me invadía. No podía creer lo que había hecho. Una cosa era fantasear sobre ella y usar sus ropas para satisfacer la ansiedad de mis hormonas, otra era…No, no había sido correcto, había roto la relación con la persona que más quería en el mundo y no sabía cómo remediarlo.
    
    Habían pasado tres días desde el incidente de la bañera. Todo había transcurrido medianamente normal, no hablamos más del tema, pero nos habíamos alejado, por supuesto. Ya no jugábamos cartas por las noches, solo conversábamos un rato durante algunos momentos del día y luego cada uno iba a dedicarse a sus asuntos.
    
    La vieja casa volvía a estar apagada y las risas se habían acabado.
    
    Cuando mi abuela se tenía que bañar, simplemente la ayudaba a entrar, ella terminaba y me llamaba para ayudarla a salir. El proceso era rápido y evitaba mirarla de más. Luego, la dejaba sola para que se vistiera en la privacidad de su cuarto.
    
    De la rodilla ya estaba bien, podía caminar de manera normal y pisar sin sentir dolor.
    
    Por supuesto, entendía la situación. O creía entenderla. Suponía que ella aún estaba en shock. Normal, había tenido la polla de su nieto en la boca, escenario que ninguna abuela imaginaría jamás. Además, dudaba de que le hiciera sexo oral o cualquier tipo de sexo a mi abuelo después de tantos años juntos, por lo que tenía la certeza de que, al igual que para mí, esta había sido una experiencia única. “El primer hombre al que le hace una mamada en décadas y resultó ser su nieto”.
    
    Trataba de razonar sobre lo sucedido y cada vez que repasaba los hechos en mi cabeza, quizás en un intento de alivianar la culpa, me iba percatando que no fui solo yo quién cruzó esa la línea invisible, ¿o sí? Mierda, ni siquiera podía razonar claramente. ¿Por qué tuvo que tomarme la polla? ¿Por qué me la empezó a mamar? Si tan solo me hubiese rechazado no me sentiría así, pensé. Bueno, ella ...
«1234»