1. Años 70: De negocios y sexo con su suegra 7


    Fecha: 13/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Galleyslave, Fuente: TodoRelatos

    ... culo para dilatárselo. Julián puso a Miren de perrito y se puso a follársela con fuerza y agresividad. Juan le acercó el pene a Miren y esta se puso a chupárselo.
    
    Mientras, en el otro cuarto, Carmen salió de la ducha realmente espectacular, con un camisón de raso blanco, que le llegaba justo hasta casi el final de pubis, dejando ver solo el principio de la rajita. Se acerco a Fernando, le tumbo en a cama y se subió sobre él andando a cuatro patas, como una gata en celo, con cara de guarra. Le empezó a chupar el pene y luego se subió empezando a moverse, hasta que llegaron los dos a la vez. Se dejó caer sobre el pecho de Fernando.
    
    - Eso ha sido un polvo típico de un matrimonio bien avenido. Me encanta llegas así contigo, tranquilamente y sintiendo el cariño que me tienes.
    
    - A mí también me gusta, ojala esté así alguna vez con tu hija.
    
    - Seguro que lo estarás, porque yo he podido estar ahora, porque esta tarde me han follado hasta la extenuación. Me gusta estar así, con tu pene dentro y charlando.
    
    - Carmen, me gustaría preguntarte una cosa, pero no sé si te va a molestar.
    
    - Fernando, llevamos juntos tiempo. Somos socios, amantes, familia y amigos. Si me molesta te lo digo y ya está.
    
    - Vale, cuéntame cómo fue lo de casarte con Iñaki.
    
    - Pues sencillo. Estuve ocho meses en el colegio de monjas, interna, recibiendo educación. Me enseñaron a comer como una señorita, a hablar finamente, a sentarme cruzando las pernas y recta como una vela, saludar cortésmente, a rezar hasta hartarme y a todo lo que conlleva ser una señora. Los domingos me daban la tarde libre y mi suegro me recogía, veníamos aquí y nos pasábamos la tarde follando. En esa época empezaron a venir Ramiro, otros amigos y clientes. Yo llegaba al fin de semana muy salida, y me follaba a todo el que se me acercaba, dejándoles agotados. A veces ya se cansaban y yo seguía sobándoles la polla para que se empalmaran y poderme subir sobre ellos.
    
    - Entiendo. ¿Y cómo evitabas quedarte embarazada?
    
    - Antes de ir al colegio, al salir de Peña Grande, me llevo a Casablanca y me pusieron un diu.
    
    - ¿Ya existían?
    
    - Si, de los primeros que se pusieron. Ese ginecólogo español, afincado en Marruecos hacia abortos, cambios de sexo y ponía ese tipo de cosas.
    
    - Ya, ¿y después?
    
    - Después de esos ocho meses, mi suegro se inventó lo del albacea y me presentó en su casa como una pobre niña huérfana y con dinero, que buscaba un marido, a la que había que buscarle pronto un marido porque era virgen y tonta. Yo me comportaba como tal, tan tímida como Iñaki y muy tonta. Pero estaba buenísima. A Iñaki le gusté y su padre le convenció de que no tendría mejor oportunidad. Pasé seis meses viviendo en su casa y sucumbí al ñoño ataque de Iñaki. A los seis meses, nos casamos. Durante esos seis meses que estuve viviendo en su casa, mi suegro me follaba cada vez que nos quedábamos solos, con lo que siempre andaba con el coño lleno de esperma, lo que, unido a los fines de semana que veníamos ...
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