1. La dorada obsesión


    Fecha: 13/11/2019, Categorías: Gays Autor: Gavin, Fuente: SexoSinTabues30

    ... acerqué.
    
    Me dijo que se llamaba Abdou. Hablaba muy bajo, con un hilo de voz.
    
    -¿Estás bien?- le pregunté.
    
    -Un poco tenso.
    
    -Me imagino –dije, aparentando comprensión.
    
    -Estuve entrenando… ¿Y vos? –me preguntó.
    
    Le seguí la corriente.
    
    -También.
    
    -Va a estar parejo entonces –dijo preocupado- Vamos, es hora…
    
    Caminamos juntos hasta una casona. Una mujer negra nos abrió la puerta y nos saludó con una inclinación. Dijo algo en un idioma que no entendí. Caminamos por un amplio pasillo decorado con artesanías. Se oía música de tambores lejanos. Llegamos hasta un despacho. Un africano, vestido con impecable camisa blanca, estaba leyendo un libro en inglés. Le dijo al chico que se quedara afuera.
    
    -Veo que las fotos no estaban trucadas. Tu dueño me lo había asegurado pero no siempre dicen la verdad. Entiendo que no te han dado detalles. En nuestra tribu hay tradiciones. Una de ellas es una ceremonia del paso de la niñez a la edad adulta. Para eso, hay unos ritos ancestrales. Mi hijo Abdou, al que ya conociste, cumplió la edad para esa ceremonia y tú participarás en ella.
    
    -¿Qué tengo que hacer, señor?
    
    -Es una pelea ritual. Ustedes lo llamarían lucha greco-romana.
    
    -Nunca luché.
    
    -Justamente. Por eso serás derrotado. No dejaría que mi hijo fuese humillado en esta ceremonia.
    
    -Creí que se trataba de otra cosa.
    
    -En este ritual, uno vence a su oponente cuando logra inmovilizarlo y hacerle salir su semilla. ¿Entiendes?
    
    -Creo que sí.
    
    -Cuando todos vean que has entregado tu semilla, Abdou te penetrará y así se convertirá en hombre.
    
    -¿Quiénes son “todos”?
    
    -Hay muchos invitados. Pero como le dije a tu dueño, solo mi hijo gozará de ti. Si estuviésemos en mi país, todos los invitados tendrían derecho a hacerlo. A veces son más de cien. Es una manera de retribuirle a la raza blanca sus años de colonialismo y explotación. Pero no estamos allá.
    
    “Gracias a Dios”, pensé.
    
    – La ceremonia se llama “Ifojusi goolu”, la dorada obsesión. Los blancos depredaron nuestra tierra por el oro. Por eso, es muy conveniente que la ofrenda sea un niño rubio. Un hermoso niño dorado.
    
    El hombre, que se llamaba Makha, me dijo que lo acompañara. Bajamos por la escalera hasta un subsuelo. El ruido a tambores se hacía más y más fuerte. Entramos a un vestuario. Abdou ya estaba allí. Dos asistentes se ocuparon de quitarnos toda la ropa y untarnos el cuerpo con aceite.
    
    -Necesito preguntarle algo – susurré a Makha.
    
    -Habla.
    
    -¿Y qué pasa si yo gano?
    
    Su boca se estiró como si fuese de goma, mostrando sus dientes blancos: -Si eso pasa, deberíamos castrarte. Pero no pasará.
    
    Entramos juntos al lugar de la ceremonia. Sentados en gradas había unos treinta hombres. Un personaje con vestiduras coloridas dio un discurso en un idioma incomprensible. El brujo señalaba con insistencia mis genitales. El público asentía.
    
    Un redoble de tambores fue la señal para empezar. El suelo era acolchado. Nos estudiamos hasta que él me atacó. Tenía los ...