1. La dorada obsesión


    Fecha: 13/11/2019, Categorías: Gays Autor: Gavin, Fuente: SexoSinTabues30

    Episodios anteriores: (1) La suerte de una buena carta (2) Los juegos que la gente juega (3) Todo tiene su precio.
    
    En los recreos, yo me daba cuenta de que mi apariencia daba que hablar a las chicas. Murmuraban, me miraban de soslayo y se reían. Era simpático con ellas, pero no me interesaban. Solo me apasionaba el fútbol y, por encima de todo, el dinero. No me enorgullece decirlo, pero así era yo a los 13 años.
    
    Guadalupe, una de mis compañeras, me comentó que una agencia publicitaria buscaba niños para hacer fotos. Le agradecí y le pregunté por qué había pensado en mí.
    
    -Porque sos un bombón… ¡Lástima que solo te interesa el fútbol!
    
    Me pasó el contacto y esa tarde busqué la información desde la notebook de mamá. Buscaban niños fotogénicos, castaños o rubios, de tez blanca. Había un mail de contacto, al que se debía enviar una foto de medio cuerpo, mirando de frente a la cámara y sonriendo, con fondo claro. También era necesario informar mis medidas y los datos familiares.
    
    Se lo comenté a mamá y a ella le pareció bien. Me tomó algunas fotos con su celular, eligió la que le pareció mejor y la envió a la agencia. Una semana después se comunicaron con ella. Como tenía un cliente que le pagaba bien, no pudo acompañarme. La recepcionista se sorprendió cuando llegué solo, pero aceptó la explicación que inventé.
    
    Me senté en una elegante sala de espera. Los demás me observaron con extrañeza. Y es que, excepto las zapatillas que eran nuevas, toda mi ropa era ordinaria y gastada.
    
    Una mujer muy guapa pasó lista. Yo estaba tercero. Un primer chico entró por una puerta, junto a sus padres. Unos minutos después salió y llamaron al siguiente, después a otro. Advertí que me habían salteado. Quedé para el final.
    
    -Bueno, jovencito, adelante… -me dijo la mujer, que se llamaba Karen.
    
    Había unas sombrillas blancas, luces intensas y un gran espejo en la habitación. Un hombre de barba candado estaba con una cámara.
    
    -¿Este es tu candidato, Karen?
    
    -Vamos a ver si logro convencerte, Marcos.
    
    -Bueno, amigo –me dijo el fotógrafo- Necesitamos que te quites la ropa.
    
    Me desvestí mientras ellos hablaban en voz baja. Cuando estuve listo, Karen me examinó detenidamente. Sonriendo, le dijo a Marcos que conmigo no sería necesario hacer fotoshop. Me levantó un brazo y comentó: “Mirá estas axilas, lisas como las de una estatua”. Después deslizó su dedo desde mi cintura hacia abajo, siguiendo la línea de mi muslo: “Y sus fosas ilíacas son muy sensuales. Este chico es perfecto”.
    
    Empezó la sesión. Las fotos eran para una conocida marca de ropa interior. Había una caja con boxers y slips a estrenar, de diferentes diseños y colores. Durante las dos horas siguientes me hicieron fotos en distintas poses. Noté que Marcos se interesaba en mi trasero.
    
    Al terminar, Karen me dijo que podía llevarme toda la ropa que quisiera y que mamá debía pasar a retirar mi paga por recepción.
    
    -¿No pueden darme un adelanto?
    
    -Lo siento, lindo – dijo Karen, ...
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