Súbete la falda 2 - Relatos Eróticos

Súbete la falda 2

... vuelto a casa y tuve que coger mi ropa y salir de allí pitando.

Nos reunimos los cuatro para comer en el jardín, como si nada hubiera pasado. Después de un delicioso ágape, Marina trajo una tarta con dieciocho velas. No me esperaba ese detalle por su parte y pensé que quizás todavía estaba a tiempo de ganarme su simpatía, pero no podía estar más equivocada.

Saúl me regaló un móvil nuevo y Marina me dio un sobre lleno de dinero. Pensé que no me conocía suficientemente bien como para hacerme un regalo más personal y prefería que me comprara yo lo que quisiera, pero pronto me dejó claro que no iban por ahí los tiros.

- Rita, ya tienes dieciocho años, eres toda una mujer.

- Gracias, Marina...

- No me interrumpas, por favor.

- Lo siento.

- Nos hemos sentido muy honrados con tu presencia en nuestra casa durante estosmeses, pero hoy me han comunicado que dentro de dos semanas nos entregan el bebé, ya no tiene sentido que sigas aquí.

- ¿Qué? No me podéis abandonar, no tengo a donde ir.

- No te preocupes, querida. Tienes dos semanas para encontrar un sitio y dinero de sobra para empezar una nueva vida.

Me estaba echando de casa, sin más. Un sobre con dinero para que me buscara la vida lejos de allí. Viendo su cara, era evidente que Saúl no sabía nada. Lo presioné para que dijera algo, para que me defendiera. Al margen de todo lo que había pasado, yo no era un juguetito del que podían deshacerse porque ya habían conseguido uno nuevo. Finalmente, Saúl explotó.

- No podías tomar esa decisión sin contar conmigo.

- Tú eres un blando. Sabes que la acogimos solo para practicar.

- No es cierto, buscamos una adolescente porque vimos por lo que pasaban.

- Pero es que esta ya es una mujer. No la vamos a tener aquí por la cara.

- Se lo ha ganado, y más después de soportar a tu madre.

- Cuidado con lo que dices, Saúl.

- Ya estoy harto de ir con cuidado. Si la echas, me voy yo también.

- No te puedes ir, nos van a dar al bebé.

- Me da igual el bebé, Rita ya está aquí.

- No por mucho tiempo.

- Pues hasta aquí hemos llegado.

Saúl y yo hicimos las maletas y nos largamos de esa casa, camino hacia lo desconocido.

Continuará...