1. Súbete la falda 2


    Fecha: 12/11/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... habitación. Una vez que se perdió por el pasillo empujando la silla de ruedas, ella se dirigió a mí.
    
    - Hola, Rita.
    
    - Hola, Marina, me alegro de volver a verte.
    
    - ¿Cómo han ido estos días?
    
    - Muy bien, la verdad. Aunque se notaba tu ausencia.
    
    - Seguro. Llegas un poco tarde, ¿no?
    
    - Estaba estudiando en la biblioteca.
    
    - Qué chica más aplicada.
    
    - Es lo mínimo que puedo hacer.
    
    - Pues a partir de ahora estudiarás aquí. Necesito que estés pendiente de mi madre.
    
    - Pero yo no sé cuidar a personas mayores.
    
    - No necesita que la cuiden, solo que la muevas por la casa o darle lo que te pida.
    
    - ¿No sería mejor contratar a un cuidador?
    
    - Es que no me gusta tener gente extraña en mi casa.
    
    Fue imposible no darme por aludida. Sabía que no era partidaria de mi adopción, pero nunca se había atrevido a hablarme de esa manera. Daba por hecho que si me quedaba con ellos tendría que ayudar con el bebé, pero no sabía si estaba dispuesta a aguantar a la anciana malhumorada como si yo fuese su esclava. En cualquier caso, no me quedaba más remedio que tragar con todo hasta que estuvieran los papeles de la adopción firmados.
    
    Lo que se esfumó fueron mis posibilidades de seguir manteniendo relaciones con Saúl. Aunque la casa era enorme y yo lo buscaba por las esquinas, él se negaba a mantener cualquier tipo de contacto de carácter sexual. Volvía a mostrarse como el hombre enamorado de su mujer, pero también como el buen padre interesado en seguir adelante con mi adopción. Ni rastro del obseso con el que había convivido los últimos días.
    
    Como era de esperar, la vieja no me lo puso nada sencillo. Al verme obligada a quedarme en casa, decidí aplicarme en los estudios, pero doña Petra me interrumpía constantemente para tonterías. A lo largo del día me tenía que contener muchas veces para no mandarla a paseo, por decirlo finamente. Mientras yo me ocupaba de ella, su hija estaba tranquilamente en el gimnasio, la piscina o de compras.
    
    - Doña Petra, no necesita mi ayuda, llega perfectamente al mando de la televisión.
    
    - No seas malencarada y obedece.
    
    - Debería dejar de pensar que soy su esclava.
    
    - Los esclavos no tienen todos los privilegios de los que tú gozas.
    
    - Soy hija de acogida y puede que llegue a ser su nieta.
    
    - No si yo puedo evitarlo.
    
    - Muy amable por su parte.
    
    - Estamos esperando un bebé, tú aquí sobras.
    
    No sabía si hablaba solo por su boca o también por la de su hija, aunque me lo podía imaginar. Probablemente, Marina contaba con acoger a alguien más joven, una adolescente desvalida y sumisa. Pero se había encontrado con una joven un tanto rebelde a la que no le quedaba demasiado para cumplir la mayoría de edad.
    
    Acabó llegando el día de mi decimoctavo aniversario. Erasábado y Marina había salido de compras. Dejé a la abuela tomando el sol en el jardín y volví a mi habitación para ponerme el uniforme. Me fumé un cigarro y guardé el resto en las medias. Tras quitarme la ropa interior, fui en busca de ...