1. Átame a ti :Capítulo 09


    Fecha: 12/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Andy, Fuente: TodoRelatos

    Capítulo 9
    
    Acuerdo
    
    So abrió los ojos y parpadeó, luchando contra la pesadez de los mismos. El sol inundaba toda la habitación que, inmediatamente reconoció como la de su hermana. Giró el rostro hacia su lado izquierdo y la encontró ahí, con medio rostro enterrado sobre la almohada. Un ligero rastro de saliva emergía de sus labios entreabiertos, bañando la pequeña cicatriz y su cabello era una maraña de rizos cobrizos que brillaban bajo el brillo de la mañana.
    
    Sus labios se curvaron en una lánguida sonrisa. Aun dormida, despeinada y babeando, Lu le parecía la mujer más hermosa del planeta.
    
    Intentó incorporarse, pero acusó un ligero dolor en las ingles. Apremiantes recuerdos de la noche anterior la invadieron, desde el suceso en el Zeus hasta el baile en la casa y deteniéndose en el sexo. Una avalancha de imágenes y sensaciones la golpearon de repente y cerró sus piernas como un acto reflejo. Volvía a sentir una incipiente excitación, rememorando cada caricia, cada roce, cada palabra, cada apretón. Intentó recordar la última vez que había alcanzado un orgasmo tan intenso en el pasado, uno que le hiciera desfallecer de la forma en la que lo había hecho. Y no pudo.
    
    Quiso culpar al alcohol, pero negó inmediatamente con una sonrisa resignada. Era una excusa tan estúpida que la desechó inmediatamente. El contexto, la «escena», como le decían dentro del mundo de las sumisos y los dominantes, era la principal culpable. Haberse expuesto de esa manera tan pasiva a un desconocido y la sensación de vulnerabilidad que sentía al estar sin ropa interior en un vestido tan revelador junto a sus amigos, actuando normalmente, ocultando un secreto que solo ella y su hermana conocían, había provocado que su excitación alcanzara niveles ridículos. Y a pesar de todos los riesgos que conllevó, se sintió segura, porque era Lu la que estaba con ella y estaba consciente que no permitiría que la pasara algo.
    
    Sintió un atisbo de humedad naciente en su entrepierna que le obligó a dejar de sopesar las cosas. Había algo mucho más importante en lo que tenía que pensar ahora. A pesar de lo maravillosa que había sido la noche anterior, sabía que debían hablarlo seriamente, vaciar lo que sentían era necesario y saber en qué puerto se encontraban, y estaba segura que su hermana pensaba lo mismo.
    
    — Buenos días — la voz de Lu sonó pastosa y suave. So sonrió embobada y acarició la espesa cabellera alborotada.
    
    — Hola — respondió con languidez. La menor aun acusaba rastros de cansancio y la deliciosa sensación de dolor seguía presente.
    
    «Delicioso dolor», se me zafó un tornillo, pensó.
    
    — ¿Qué hora es? — So se sorprendió por la pregunta, buscó en todas las direcciones su celular, pero no tenía ni idea de donde lo había dejado. Quizás en la habitación o tirado en algún sillón de la sala. Encontró el teléfono de su hermana y lo accionó.
    
    — Eh… casi las once.
    
    — Somos unas morsas perezosas — se estiró bruscamente e introdujo el brazo derecho por debajo de la ...
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