1. Las mejores mamadas son en familia


    Fecha: 09/11/2019, Categorías: Gays Autor: Machi, Fuente: TodoRelatos

    ... juegos. Nunca tuvimos sexo, ni se nos pasó por la cabeza y, ¡si yo te contara lo que alguna gente llega a hacer a esa edad! Fue solo curiosidad pura y dura, y si algo hicieron esos juegos fue mostrarme una puerta, que de una manera u otra, yo hubiera cruzado más tarde o más temprano... ¡Así que deja de hacerte pajas mentales! ¡Pues tú no eres culpable de nada! —Aunque estaba alzando un poco la voz, no estaba enfadado ni mucho menos. Simplemente asombrado por la enorme nobleza del corazón de mi primo, quien nunca dejaba de sorprenderme.
    
    Aunque el cometido de lo que dije era tranquilizarlo y quitarle esa culpa con la cual parecía cargaba desde hacía unos años pareció no tener efecto pues, de manera incomprensible, un frío mutismo se enredó entre los dos.
    
    Fue tan tensa la situación que mi primo la única solución que vio para salir del paso, fue subir el volumen de la música.
    
    ♫♫ Y con los brazos en cruz
    
    Te me haces transparente
    
    Y eres como una balanza
    
    Con las pesas colgando por dentro♫♫
    
    Nos adentramos en el camino de tierra que llevaba hacia la granja y según avanzábamos los recuerdos me fueron asaltando, entre ellos el enorme cariño que siempre le había tenido a Francisquito, mi primo favorito.
    
    —Tío, ¿se te ha comido la lengua el gato?
    
    —Estoy pensando —Sentenció de modo solemne.
    
    —¡Ah! ¡Tiene muchos cojones la cosa, te toca pensar una vez al año y tiene que ser cuando estás conmigo! —Dije con total sarcasmo.
    
    Mi acompañante me miró frunciendo el ceño levemente y, a la vez que movía la cabeza con cierta resignación, no pudo reprimir una sonrisa.
    
    —¡No has cambiado cabrón! ¡Sigues siendo el mismo tocapelotas de siempre!
    
    Lo miré, le hice una mueca tonta de las mías y al final terminamos riéndonos como dos idiotas.
    
    Roto el frío muro que se había levantado entre los dos, Francisco tragó saliva, carraspeó un poco y sin darme tiempo a reaccionar soltó algo, cuanto al menos, sorprendente:
    
    —¿Lo has hecho con mis hermanos?
    
    La poca diplomacia de la pregunta agujereó de pleno la carcasa de mi armadura, por unos segundos no supe ni que decir, ni cómo reaccionar. Hice de tripas corazón y enfrenté la situación como suelo hacer siempre: sin cautela de ningún tipo, ¡como un elefante en una cacharrería!
    
    —Cuando dices “hecho”, ¿te refieres a “jugar a los médicos”?
    
    Francisco asintió con la cabeza, a la vez que aparcaba el coche ante el portal de la vivienda de sus padres.
    
    —Pues sí. —Dije con un patente e irreflexivo descaro el cual me había funcionado bastante bien en el internado, pues había resultado ser como una especie de arma que dejaba a mis contertulios sin argumentos.
    
    —¿Y?...
    
    La conversación según fuera mi reacción podía tomar muy distintos cauces. Mi respuesta podía ir desde un “No te importa” a un “Pues sí, no hemos pegado unos buenos lotes de follar”. Pero, como había visto lo sensible que estaba mi primo con el tema del sexo y sus hermanos, opté por seguir bromeando y con bastante poca vergüenza le ...
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