1. Las mejores mamadas son en familia


    Fecha: 09/11/2019, Categorías: Gays Autor: Machi, Fuente: TodoRelatos

    VERANO DEL 88
    
    Atrás quedaba el internado y la nota obtenida en selectividad me abría un sin fin de posibilidades. Despedirme de los compañeros me había dejado sumamente triste pues ya no volvería a ver más a Benito, a Raimundo, a Ignacio y a tantos otros. Pero con quien más pena me daba perder el contacto era con Óscar, mi compañero de cuarto. En fin, había que regresar al pueblo, lo cual me atraía y aterrorizaba por igual.
    
    Desde el “acontecimiento terrible”(a mí me gusta llamarlo así pues suaviza un poquito la realidad de lo que pasó) mis paisanos me miraban como a un bicho raro y aunque intentaban ser “modernos” y no criminalizarme por ser maricón, sus ademanes y reacciones lo traicionaban... Si algunos no me negaban el saludo era por respeto a mis padres, no por falta de ganas.
    
    Hasta el momento el internado me había mantenido lejos de las lenguas viperinas del pueblo, regresando por períodos de una semana o, como mucho, quince días de vacaciones. Pero la Universidad no empezaba hasta Octubre y aunque debería viajar en más de una ocasión, por aquello de las pre-inscripciones, matriculaciones y demás. De coincidir, en más de una ocasión, con los “buenos cristianos” de mi pueblo, no me salvaba ni Dios...
    
    Menos mal que siempre me quedaba la familia de mi tío Paco y mi tía Enriqueta. Allí siempre me sentía apreciado, salvo por la estirada de mi prima Matildita, quien compensaba su falta de belleza y de humildad, con un altivo rechazo a todo lo que no se adaptaba a sus clasistas cánones sociales y cómo por aquel entonces no existía Telecinco, ni Boris Izaguirre era lo más “in”, no estaba de moda tener un amigo Gay y mucho menos un primo maricón.
    
    Aguardé que llegara el fin de semana para llamarlos, pues sabía que durante la semana tenían bastante trabajo en la granja y mi visita, más que agradarles, les podría resultar un engorro.
    
    Quien cogió el teléfono fue mi primo Francisquito (Francisco, que si no se me cabrea). Me contó que estaba sólo en casa, que su hermana y su madre habían ido a visitar a un familiar enfermo a la capital y sus hermanos y su padre estaban en una feria de ganado. En un principio me desilusioné un poco y mi primo se tuvo que percatar de ello, pues en ese tono encantador que lo había caracterizado desde niño, me dijo:
    
    —Pero Pepe, no te apures y te vienes a pasar la noche aquí. Entre hoy y mañana regresan todos...
    
    Durante unos segundos miles de recuerdos de la infancia recorrieron mi mente y sin dudarlo le dije:
    
    —Sí, cojo el autobús y en unas dos horas estoy en tu casa.
    
    —¿El autobús? ¡Y una mierda! Mi primo favorito, no coge el autobús, teniendo yo un coche en la puerta. En media hora paso a recogerte.
    
    Veinticinco minutos más tarde apareció por mi casa; tras los saludos y conversaciones de rigor. Francisco, un pequeño macuto con todo lo necesario para pasar una noche fuera y yo salimos hacia la casa de mi primo.
    
    Fue montarme en su coche y con una sonrisa que reflejaba su nobleza interior, ...
«1234...9»