Mi madrastra insaciable. Parte 2. - Relatos Eróticos

Mi madrastra insaciable. Parte 2.

... brillante por el sudor.

-Perdona cielo, he salido a correr un poco.

-Mantener ese cuerpo tiene trabajo.

-Exacto, al menos alguien me hace disfrutarlo.

Me guiña un ojo. Solo con eso ya me tiene prendido.

-Voy a ducharme, tú espera ahí.

-Pero...

-¿Qué? ¿Quieres tu regalo?

-Sí.

-Pues para ello tienes que quedarte aquí.

Me quedo frustrado. La escucho entrar en la ducha y me dan ganas de acompañarla, pero a lo mejor me deja sin regalo por ello. Tras cinco minutos acaba la ducha y tranto de escuchar y sentir sus movimientos, pero solo percibo que se va a su habitación. Me pongo de pie y doy vueltas al lado de la puerta del pasillo, esperando que me llame o que salga de la habitación. El tiempo de espera me está matando. No paro de mirar el reloj.

-¡Ven!

Al fin. La llamada del placer. Voy casi corriendo por el pasillo hasta su puerta, abro el tirador, empujo y entro. Está sentada, con un traje de tiras de cuero recorriendo su cuerpo pero dejando sus atributos bien expuestos y remarcados. No pensaba que algo pudiera hacerla ver mejor que su propio cuerpo desnudo, pero sin duda esto le hace aún más atractiva. No solo eso, tiene un collar alrededor del cuello enganchado a una correa que sujeta con una mano.

-Tu madrastra está lista para tí. Tienes a una perra de regalo de cumpleaños.

Hemos follado cientos de veces, pero hacerlo así incrementa el morbo. Me acerco a ella, pero posa su pie en mi miembro, solo tapado por el bóxer, y me ofrece la correa. La tomo y la miro. Se da la vuelta y empieza a gatear sobre la cama, muy despacio, remarcando el movimiento de sus caderas, pero hay algo que me hace quedarme sin habla. Una especie de joya sale de su culo. Lleva un plug anal.

-Tu zorra quiere que hoy la folles también por el culo.

Eso nunca lo habíamos hecho. Mi garganta se seca. Me acerco aún sujetando la correa. Acaricio su culo con mi mano libre mientras ella lo menea de un lado al otro. Qué bien habré hecho para tener este regalo.

-Sácalo.

Sujeto los bordes de la joya y tiro lentamente. Observo con detalle como el plug va dilatando su ano hasta salir completamente de él. Ella lo acompaña con gemidos y una respiración acelerada.

-Vamos ¿a qué esperas? Cómetelo ya.

Desde su frase hasta que mi lengua da la primera pasada por su culo no pasa ni un segundo. Resbala más de lo habitual y encima tiene cierto sabor a fresa. Lubricante de sabor. Azoto y lamo, lamo y azoto. Mi autocontrol se pierde en ese culo. Sus gemidos no hacen más que aumentar mi intensidad. Tiro de la correa y le arranco un gemido más fuerte. Acabo tras un par de minutos de lamer, me arrodillo frente a su posición de cuatro patas y le doy un azote que le deja la zona roja.

-Con que follarme a esta perra es mi regalo.

-Si, como el perro en celo que eres.

Empujo de un lado de su cadera, haciendo que se gire y caiga sentada. Tiro de la correa obligándola a acercarse. Me bajo los bóxers y la encañono con mi polla completamente ...