Mi madrastra insaciable. Parte 2. - Relatos Eróticos

Mi madrastra insaciable. Parte 2.

... no que empezó a devorarme la polla con más intensidad, como si tratara de hacerme gemir a toda costa. Logré aguantar y le dije que se había ido a la habitación. Mi padre se acercó a un lado de la encimera a abrir la nevera y beber agua. Empecé a sudar pensando que podría ir a este lado de la encimera a por los vasos que están tras de mí y pillarnos con las manos en la masa. No lo hizo, bebió de la botella. Cuando cerró la nevera, se giró hacia mí y volvió a contarme el rollo de que tengo que trabajar ya, que él a mi edad tal y cual. Yo miraba mientras tanto las patatas y trataba de soportar en silencio los latigazos de la lengua de Sonia en mi glande. Por suerte, su teléfono empezó a sonar y se fue a por él. Cuando se fue de la cocina, Sonia se levantó, sonriendo, habiendo disfrutado cada segundo. Yo tenía el corazón palpitando al mismo ritmo que mi sexo.

Por desgracia, antes de ayer y ayer, se han pasado el día muy pegados. Tenía una especie de sensación de celos de si follarían entre ellos, cosa que ella, ya sea por mensajes o cuando él se despistaba, me negaba. Mi padre parecía haber perdido el interés por el sexo, todo lo contrario que ella. Hoy ha sido mi cumpleaños, han venido los amigos con los que me voy a ir de vacaciones, hemos jugado, hemos cenado, hemos comido tarta y ahora salimos a echar unos bolos. No paraba de mirar cómo mis amigos se fijaban en Sonia. Ella colaboró, pues se mostró muy atenta con todos nosotros, portando una camiseta con un escote de vértigo y un pantalón corto ceñido. Además, su dulce voz te llena el oído y el olor fresco floral que tiene te atrapa. Volviendo a casa mis amigos me han comentado que está muy buena y han hecho la típica broma de si el hijastro se tira a su madrastra como en el porno. Yo no les dije que, efectivamente, así estaba siendo. Creo que cuanto menos gente sepa esto mejor, menos posibilidades de que se sepa y más lo podré disfrutar. Llego a casa y me dispongo a dormir, son ya las dos de la mañana, no tengo energías para jugar y lo más probable es que ella ya esté dormida. Sin embargo, tengo una nota en la cama.

'Mañana te doy tu regalo'.

Era de ella. Mi padre no me había regalado nada, que ya somos todos mayores para regalos dice. Mañana es lunes, así que él se va a trabajar. ¿Qué será el regalo? Me meto en la cama y tardo más de una hora en dormir tratando de pensar qué puede ser. Mi cabeza no para de dar vueltas hasta que caigo rendido por puro agotamiento.

Me despierto a las 11:30. Trasteo con el teléfono durante varios minutos pero recuerdo la nota de Sonia y me levanto a toda prisa. La busco y llamo, pero no está en casa. Joder. Bueno, voy a desayunar. Veinte minutos después he acabado, me lavo los dientes y me siento en el salón. Las 12:20. Le envío un mensaje preguntándole que dónde está, pero no responde. Me quedo tumbado jugando con el teléfono hasta que se abre la puerta de casa. Tras unos instantes, la veo cruzar la puerta del salón, vestida de sport y con la piel ...