Zoofilia salvaje y cruel - Relatos Eróticos

Zoofilia salvaje y cruel

Advertencia: Esta historia no tiene ninguna relación con la realidad, es solo un producto de la mente enfermiza y pervertida del autor. Sexo vaginal o anal con animales como caballos, burros y otros de talla semejante es muy peligroso y potencialmente mortal debido al peso y a la fuerza de los animales. Las hembras de sus especies están físicamente preparadas para recibirlos, cuerpos humanos no. La historia es cruel y sadica, al extremo.Dedicado a J_j, que me pidio una historia donde caballos encularan un marica

Trabajaba para Don Jaime, el hombre mas poderoso de la región, dueño de los negocios legales e ilegales, dueño de los políticos, jueces, policías, señor de vidas y haciendas. Mi trabajo era tranquilo y bien pago, pero cometí un error, ayude a su esposa a tener sexo con una amante. Don Jaime ya no la follaba pero le había prohibido el sexo.

Yo soy pasivo y sumiso, por eso me había elegido Don Jaime para servirla a ella. A veces, cuando visitaba sus amigas (las que Don Jaime le permitía, todas viejas y feas) el guardaespaldas quedaba custodiando la entrada y yo, el marica inofensivo, entraba con ella. Mi principal papel era comerle el coño a Doña Inés, le daba múltiples orgasmos, siempre fui muy bueno con la boca, para vergas, coños y ojetes. A veces me enculaban con consoladores, a veces Doña Inés me hacía ponerme un arnés con consolador (mi verguita siempre fue pequeña y flácida) y follarle los agujeros.

Funcionó durante algunos meses, hasta que de alguna manera Don Jaime se enteró. Nunca supe como pasó, pero de repente me desperté sujeto a una especie de sillón, empalado en algo muy grande. Enfrente mio estaba Don Jaime, a su lado una camera enfocándome y una pantalla mostrándome. Así vi que estaba desnudo, habían puesto unos gruesos anillos como piercings en mis pezones y uno en mi nariz, algo de metal sujetaba mi verguita. No recordaba nada.

Don Jaime era pura furia fria, “así que me has traicionado, sóhijodeperra”, y me aplicó una picana de ganado en los cojones. “Tan bueno que he sido contigo a pesar de ser una marica inútil”, “y tu te metes con mi puta esposa” y la pantalla mostraba imágenes de ella gozando mientras yo le comía el coño, otra picana.

“Y te gusta que te den por el culo”, y en las imágenes yo era enculado por Doña Ines y sus amigas, gemía como una puta en celo, tocó un botón y tuve un orgasmo anal, tocó otro botón y fue un shock eléctrico en mi culo (después supe que me habían implantado microchips donde el recto pasa a colon y en la próstata, y con ellos me daban choques y orgasmos anales).

“Pues yo te voy a hacer encular en serio, vergas como nunca imaginaste”, “vas a querer estar muerto, pero vas a seguir vivo”. Se fue, y me llevaron a un cuartico inmundo en el sótano. Dos días estuve esperando, a la noche del segundo día fueron a buscarme. Me lavaron un poco con unas mangueras, incluso una en el culo, y me llevaron desnudo a un galpón de la la hacienda. Había una especie de fiesta, la gente me ...