Por el bien de la familia VIII - Relatos Eróticos

Por el bien de la familia VIII

... cada paso.

Sergio: ¿Pero qué…

Eva: Tranquilo, amor, vas a disfrutar y a relajarte como se debe, tu puta y yo vamos a descargar toda esa frustración acumulada – dijo tocando con sus uñas sus testículos.

Lisa, poco a poco, lamía el glande su du hijo, toda la verga y algo de los testículos. Sus manos estaban en su coño, masturbándose poco a poco. Eva no dejaba de provocar a su hermano.

Eva: Eres el hombre de esta casa, amor, este es tu lugar, mimado por tu madre y hermana, amado por tus mujeres, deseado y adorado por tus putas – decía mientras continuaba el masaje.

Las manos de Eva bailaban por los glúteos y piernas de su hermano, siempre deteniéndose en su ano. Lisa ahora engullía y succionaba su glande, con sensualidad y deseo, gimiendo mientras lo hacía, saboreándolo, disfrutándolo. Sergio ya estaba de nuevo con ganas de más.

Sergio: ¡Par de putas! – gimió.

Ese fue el pistoletazo de salida para ambas mujeres. Lisa, comenzó a engullir la verga de su retoño, haciéndole una espectacular mamada, tragándose entera su verga, dejándola dentro de su garganta unos segundos y volvérsela a sacar hasta el glande para respirar y repetir. Eva mientras no dejaba de masajearle los glúteos, bajó su cara a su ano y comenzó a lamerlo.

Eva: Amo tu culo, amo tu verga, amo todo de tu cuerpo, amo que seas tan dominante – decía entre lamidas.

Las manos de Eva estaban en su entrepierna, masturbándose ahora mientras solo lamía el ano de su amado hermano. Sergio estaba muy cachondo, tener a su madre chupándole la verga mientras su hermana le lamía el culo era la mejor sensación del mundo. Sergio empezaba a mover sus caderas como si quiera follarle la boca a su madre. Eso le calentó a la madura madre del muchacho, que se colocó con la boca abierta dejando que su vástago le metiera la verga a su antojo. Así estuvieron un buen rato, madre e hija masturbándose mientras Sergio le follaba la boca a su madre y recibía una comida de culo de su hermana. No fue hasta que sintió que su hijo se iba a correr, que no se sacó su verga de la boca. Empezó a masturbarle con ambas manos, cachonda perdida.

Sergio: ¡Me corro, par de putas! – gimió.

Sergio se corrió en la cara, boca y pechos de su madre, que recibía la descarga en medio de un potente orgasmo propio. Eva, se mantuvo en el culo de su hermano hasta que notó que terminó de correrse. No fue hasta ese instante, en el que, cachonda perdida, sacó a su madre de debajo y delante de los ojos de su amado hermano, lamió cada resto de semen de su hermano en el cuerpo de su madre. Para sorpresa de Sergio, su hermana se corrió solo con probar su semen. Eva tuvo un potente orgasmo mientras saboreaba su semen. Lisa se recomponía del suyo con una gran sonrisa en la boca, de felicidad. Cuando todo acabó, madre e hija miraron a un desconcertado Sergio.

Sergio: ¿Lo teníais preparado? – las acusó.

Lisa: Sí, hijo, mami y tu hermana te han preparado el espectáculo de la ducha y del masaje para que te desfogues, ...