1. Las cálidas manos de mi hermana mayor


    Fecha: 03/11/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... bajar para asegurarme de que mi amor llegara bien a su piso.
    
    Después de pagar al taxista, acompañé a Maika hasta su portal. Me pidió que entrara y la ayudara también a subir. Una vez en el ascensor, comenzó a besarme. Me mantuve inmóvil mientras me metía la lengua en la boca y me lamía el cuello. Todo eso, junto a sus tetas aplastadas contra mi pecho iba a hacer que me corriera de nuevo, pero era incapaz de pedirle que parara. Pude acallar a mi conciencia, hasta que se arrodilló dispuesta a comerme la polla.
    
    Antes que un joven enamorado, era un caballero. Le dije a Maika que no podía tener nada con ella en ese estado. Insistió, pero me mantuve en mis trece, aunque me ardiera todo el cuerpo. La acompañé hasta su puerta y volví a mi casa caminando. Estaba orgulloso de mí mismo, pero no podía evitar pensar en que era un pringado. Solo me quedaba hacerme una paja antes de dormir, recreando todo lo vivido.
    
    No sabía cómo podría volver a mirarla a la cara, ni si ella sería capaz de mirarme a mí, en el caso de que se acordara de algo. Pocos días después de aquella tórrida experiencia, estaba solo en casa, estudiando, cuando llamaron a la puerta. Pensé que sería Vera, que siempre se dejaba las llaves. Pero era su amiga.
    
    - Maika... mi hermana no está.
    
    - Ya lo sé. ¿Puedo pasar?
    
    - Sí, claro, adelante.
    
    - Es posible que pienses que no recuerdo nada de la otra noche.
    
    - ¿Y no es así?
    
    - Pues no, sé lo que hiciste.
    
    - Yo no quería, pero...
    
    - Tranquilo, Luca, sé que te comportaste como un hombre de verdad.
    
    - Solo quería que llegaras bien a casa.
    
    - Te lo agradezco, me pasé con el alcohol.
    
    - Un poquito, igual que Vera.
    
    - Vi en ti cosas muy interesantes.
    
    - ¿Como qué?
    
    - Ya no eres ese crío que me dejaba notitas... al que le prometí algo.
    
    - ¿Lo recuerdas?
    
    - Sí, perfectamente. Llévame a tu habitación.
    
    Me dio la mano y dejó que la guiara hasta mi cuarto. En cuanto cerré la puerta, Maika juntó sus labios con los míos. Me besó de forma tierna y apasionada, sin los titubeos de aquella noche. Le rodeé la cintura y, con una mano sobre su cara, le devolví todos y cada uno de los besos. Sin separar nuestras lenguas, nos dejamos caer sobre la cara.
    
    Esperé a que ella me diera permiso para todo. Solo con su consentimiento le agarré el culo, introduje la mano bajo su camiseta. Comenzamos a deshacernos poco a poco de las prendas. La tenía sobre mi cama, con un conjunto de ropa interior negra de lo más erótica, era como un sueño para mí. Parecía que había llegado el momento.
    
    Maika se quitó el sujetador y tiró de mi cabeza para colocarla entre sus pechos. Los lamí con ternura, pero también con ansia. Eran grandes y suaves, tan blanditos como siempre los había imaginado. Me pidió que me desnudara y abrió las piernas, invitándome a entrar. Después de quitarle lentamente el tanguita, besé su sexo y me encajé en sus caderas. Ella misma me agarró el pene y lo llevó hacia su vagina.
    
    Cuando tuvo la punta dentro, me animó a ...
«1234...»