Pau y las prácticas en la Masía. Capítulo 5 - Relatos Eróticos

Pau y las prácticas en la Masía. Capítulo 5

... rojo, tenía los restos de la corrida de mi amigo. Sólo faltaba Manel.

Tanto, Jordi como yo, mirábamos a nuestro amigo pajearse. Si, parece ridículo, pero no podía irme a la cama sin ver la corrida de Manel. No le podía faltar mucho, su bíceps derecho se marcaba mientras su mano se deslizaba a toda velocidad por el rabo. En ese momento, el chupito se me subió a la cabeza e hice una autentica locura.

Simplemente, me miró, al sentir mi mano sobre aquella polla tiesa. Si, no pude aguantarme. Estiré el brazo y mi mano se cerró alrededor de la base. Primero solo la meneé. Quería sentir lo que era sobar un rabazo. Me sorprendió lo que pesaba. La reacción de Manel, fue la que esperaba.

Desde la base fui subiendo despacio. Sentía el contacto de las venas sobre mi palma. El prepucio estaba recogido bajo el glande. Estaba húmedo. Volví a bajar despacio, disfrutando de cada pasada.

Mi mano empezó a moverse con más velocidad. Aquel rabo no perdía dureza, todo lo contrario. Lo estaba haciendo bien. Sentía como mi bíceps se endurecía por el esfuerzo. Acorté los movimientos, porque a Manel se le escapaban unos leves gemidos, cuando mi mano se deslizaba sobre su glande. No iba a pasar nada más, así que aceleré al máximo mi mano. Quería que se corriera.

No fue tan abundante como la mía. Manel ya nos había contado que últimamente se pajeaba 2 o 3 veces al día. El primer chorro fue abundante y con bastante potencia. Parte en vez de caer en el pecho, chorreaba por el cuello de Jordi. El segundo mucho más débil, lo sentí sobre mi mano. No dejaba de pajearle. Era algo mas denso que mi semen. Nunca había sentido ninguno a parte del mío. Mi mano, totalmente manchada de leche, se deslizaba con mucha más facilidad sobre aquel rabo, que empezaba a perder dureza. Hubiera seguido durante horas.

Me metí en la cama. Ellos también dormían en mi habitación. Mientras esperaba que llegaran. Mi cabeza empezó a dar vueltas. Me daba terror levantarme y que alguno de los dos sacará el tema. Quizás para ellos no era la primera vez que ocurría pero para mi si.

No me podía dormir, ademas quería esperar a que llegaran. Cogí el teléfono. No tenía ningún mensaje. Abrí Instagram, y tampoco. Hice ese tipo de cosas, que de borrachera no lo piensas, pero que luego te arrepientes. Escribí a Piqué.

“ A ver cuando nos vemos. Un abrazo”.