1. El anuncio


    Fecha: 31/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos

    ... después. En cualquier caso, el pobre tipo estaba allí mirando el culo ofrecido de su mujer, a un amante que no había visto, pero que sí había oído. Si alguna vez tuvo sospechas en los últimos tiempos, por el nuevo aspecto de su mujer, sus tardanzas, sus silencios y su extraño y frío comportamiento, ahora se confirmaban sus peores temores.
    
    Dudé unos instantes, pero, en cuanto el viejo se giró y empezó a alejarse del pasillo en dirección a su habitación era inevitable que se cruzase conmigo, de modo que no tenía sentido quedarme allí parado.
    
    Cuando el viejo llegó a mi altura y, asombrado, me reconoció, se quedó sin habla. El aspecto lo decía todo. Y, para más inri, mi polla, en lugar de quedarse mustia y con perfil bajo, se puso más tiesa aún. ¡Qué desastre! Mi cuerpo no entendía de cortapisas morales.
    
    —Pe… pero… —empezó a balbucear el pobre cabrón.
    
    —Hola, papá, perdona —empecé a improvisar de la manera más absurda— Lo siento si te hemos despertado… Es que, resulta que me encontré a mamá esta tarde cuando salía del trabajo —al parecer el pobre hombre desconocía de qué iba el club en el que trabajaba su mujer, debía pensar que era un club de petanca, aunque con aquellos horarios…—. Luego fuimos a comer algo y me ofrecía a traerla —el viejo, impávido, con la boca abierta y casi babeando, daba la impresión de estar incubando un infarto, pero se tragaba la trola sin pestañear —. Luego me dijo que tenía un dolor de espalda y que a ver si podía darle un masaje. Es que he hecho un curso de fisioterapia, ¿sabes? —El pobre viejo, con lo ojos vidriosos escuchaba mis explicaciones sin hablar. Nada debía cuadrar en su abotargada mente. Lo de que su mujer le pusiera los cuernos casi lo daba por descontado, pero, por lo menos, se comportaba con una cierta discreción. Hasta ese día. Claro que si el que se follaba a su mujer era su propio hijo… Era todo bastante turbio y difícil de asimilar. El hombre, además, no es que fuera un genio de las acrobacias sexuales, pero aquel olor a sudor, sexo y margarina, aquella polla pringosa y las incoherencias que escuchaba de su propio hjo, parado en el pasillo con su madre esperado a unos metros con el culo abierto esperando ser empitonada…
    
    De modo que, viendo la parálisis física y mental del viejo, decidí zanjar el asunto y culminar la noche de la mejor de las maneras posibles.
    
    —Bueno, papá, ve a descansar. Procuraremos no hacer ruido. A ver si se le quita el pinchazo ese de las lumbares a la mamá —pinchazo el que le iba a dar en breve yo mismo, con mi mecanismo… —Buenas noches.
    
    —Bu… buenas, noches —respondió tartamudeando.
    
    Allí dejé al pobre cornudo, parado en el pasillo.
    
    9.
    
    La cachonda seguía con el culo en pompa, los dientes apretados y las nalgas bien abiertas. Contemplé extasiado sus muslos jamoneros, era una imagen tan impactante, me dejó tan embobado, que ni tan siquiera me preocupé de cerrar la puerta.
    
    —¿Qué coño haces? ¿Has estado plantando un pino o te has perdido por ahí? —preguntó ...
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