1. Ruth y yo, vacaciones naturistas


    Fecha: 02/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Miguel, Fuente: TodoRelatos

    En mi anterior relato, conté como iniciamos Ruth y yo nuestra relación, como fuimos conociéndonos poco a poco y como decidimos compartir nuestra vida a pesar de la diferencia de edad que existe entre nosotros.
    
    En este relato, contaré como fueron nuestras primeras vacaciones juntos y lo que sucedió en ellas con unos nuevos amigos.
    
    Como ya dije, nos gustaba ir a playas nudistas, nos encantaba sentirnos libres y sobre todo, el ambiente de libertad y respeto que se siente en esos lugares, mucho menos “convencionales” que las playas textiles, ya que en los entornos naturistas, la gente va a lo suyo, sin importar quien está a su lado, ni cómo va vestido o lo que hace.
    
    Tras un primer verano en el que hicimos escapadas de fin de semana al norte o al mediterráneo, según nos pareciese, decidimos para el siguiente verano pasar dos semanas en un camping naturista que hay en la playa del Torn, quien conozca la zona, sabrá a que establecimiento me refiero.
    
    He de decir también que a estas alturas de nuestra relación, Ruth y yo ya llevábamos más de un año compartiendo nuestras vidas. Nos llevábamos muy bien, sus hijos me habían aceptado como el compañero de su madre. Si su madre era feliz, ellos eras felices. Estábamos muy bien juntos, disfrutábamos el uno del otro sin tabúes, el sexo era fantástico.
    
    A Ruth le seguía gustando teñirse el pelo del color más insospechado, y casi siempre se teñía también su pubis, que aunque menos frondoso que al principio, tanto a ella como a mí nos gustaba que hubiese pelo.
    
    Recuerdo la primera vez que se lo depilé, la sesión de sexo que nos ofrecimos el uno al otro después de terminar con el afeitado mutuo, pero cómo se quejaba cuando le empezaron a salir los pelillos, ya que decía que le picaba, así que decidimos que se dejase crecer otra vez el vello púbico.
    
    Llegó el verano y nos dispusimos a comenzar nuestras dos semanas de vacaciones. El pensar que íbamos a poder estar dos semanas casi todo el tiempo completamente desnudos, disfrutando del mar y de la naturaleza, nos encantaba a la vez que nos ponía cachondos perdidos.
    
    Llegamos al camping y una vez instalados en la mobil home que habíamos alquilado, bajamos a la playa a darnos nuestro primer baño de nuestras ansiadas vacaciones. Nos abrazamos, nos besamos, jugamos dentro del agua, sentíamos nuestros cuerpos sin ninguna prenda que los separase, yo estaba empezando a sentir unas ganas tremendas de ponernos a follar en mitad de la playa, pero había que reprimirse, el Torn no es Cap d’Agde y había que aguantarse hasta llegar al bungalow.
    
    Yo tenía 30 años y Ruth 65, y más podríamos parecer madre e hijo que una pareja. Ruth llamaba la atención, más que por sus muy apetecibles tetas, evidentemente lo que más llamaba la atención de ella era su pelo verde lima, en esa ocasión a juego con su pubis del mismo color.
    
    Al llegar al bungalow, conocimos a nuestros vecinos del bungalow de enfrente, que acababan de llegar y estaban vaciando las maletas del coche ya ...
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