1. ¡Mami!, él ya no te quiere …


    Fecha: 01/04/2019, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... boca, su pene se sentía como una asta aterciopelada, era muy suave, pero al mismo tiempo muy rígido. Me encantaba chuparle su pija caliente. Quería hacerlo sentir como jamás nadie lo hizo sentir. Quería se la mujer de todas sus fantasías. Nunca me había sentido así con un hombre.
    
    Al día siguiente nos concordamos de encontrarnos fuera de casa e ir al cine. En la sala oscura nos besamos como adolescentes. Le encanta besarme y a mi sentir sus labios en mí. Me sentí como una colegiala, nos besamos hasta cuando no pude aguantar más y le dije:
    
    —Vayámonos a un Motel …
    
    Encontramos un lugar y nos metimos de prisa y furia en la cama, nuestros cuerpos se encontraron en una danza de caricias y besos. Nos amamos hasta que mis cabellos eran una maraña y mi cuerpo y el de él sudaban por todos los poros. Mi hijo a un cierto punto se detuvo y fue al baño y volvió con una loción aceitosa, un lubricante. Inmediatamente supe lo que él quería.
    
    Nunca entendí por qué una mujer querría a un hombre por allí, pero después del ardor inicial me di cuenta de que se sentía bien, además, si mi hijo me quería de esa manera yo estaba dispuesta a concedérselo.
    
    Mientras el bombeaba mi trasero por primera vez, me recordé de mi amiga Juana. Ella me confió de que había dejado una vez a su hijo chuparle sus senos y me preguntó si era una cosa extraña o no. Ni siquiera imagino que diría si le contara de que mi hijo me desvirgo mi culito.
    
    Luego todo avanzó rápidamente y deje de pensar. Solo lo sentí a él dentro de mi llenando mi estrecho pasaje, sus manos deslizándose sobre mi piel, apretando mis pezones. Pasó una mano por delante y abrió mi panocha, su dedo encontró mi flor e hizo la magia de correrme junto a él. Beso mi espalda, me mordió el hombro y luego derramo su amor dentro de mí. Nos derrumbamos y dormimos exhaustos.
    
    Nos despertamos y mire mi reloj:
    
    —¡Jesús! … como se hizo tan tarde …
    
    Me ayudo a vestirme y me acompaño al bus, él volvió al motel para pernoctar allí, no sería raro que no volviera a casa, pero esta vez yo sabía donde estaba. Mientras observaba los bultos de personas pasar a mi lado, fue cuando me decidí.
    
    Su padre no hizo preguntas ni nada, para él como si no existiera, conversé con él y le dije que había conocido a alguien y que pronto sería mi exesposo, se encogió de hombros y se fue a ver la tele, vi que no podía importarle menos y esto me lleno de tranquilidad y regocijo. Había sueños y fantasías adelante, también un futuro.
    
    Con la ayuda de mi hijo encontramos un lugar y nos mudamos juntos. Estoy esperando el divorcio. No sé dónde iremos desde aquí, la única cosa segura es que iremos juntos.
    
    Nos hemos radicado en otra ciudad y ahora mi hijo juega con el alfabeto, nos sabemos si llamarla “Alicia!, “Berta”, “Constanza” o “Desirée”, tenemos cinco meses más para decidir el nombre de nuestra bebita.
    
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