1. La maestra rural (La violación)


    Fecha: 01/04/2019, Categorías: No Consentido Autor: Cintia, Fuente: TodoRelatos

    ... días, se acercaba el otoño, época bastante lluviosa en esa zona, todos se habían ido, aproveché para corregir los cuadernos, para no tener que acarrearlos hasta mi casa, había oscurecido bastante, apresure lo que estaba haciendo, cerré la escuelita y me fui.
    
    Apenas caminé dos cuadras, un fuerte chaparrón, me obligo a cobijarme bajo un pequeño alero, que no me protegía demasiado. Cuando sorpresivamente apareció Bruno con uno de sus amigos, que al verme se detuvieron, diciéndome:
    
    “Que hace acá maestra se está mojando, venga con nosotros que a unos metros vive Matías, venimos todas las noches y nos quedamos hasta tarde”, mi otro alumno, que, sin darme tiempo a nada, me toma de la muñeca, llevándome corriendo hasta la casa de su compañero.
    
    No me dio tiempo a nada, cuando en un abrir y cerrar de ojos estaba dentro de su vivienda, algo precaria, un ambiente grande, una mesa, sillas, una cama al fondo.
    
    “Esta muy mojada maestra, le traeremos algo para secarse”dice uno de ellos, haciéndome sentar, que algo temblorosa acepto, sabiendo que volvía a estar en una situación, bastante comprometida, sin saber cómo huir de esa situación.
    
    “Podría pasar al baño? “
    
    “Esta afuera y es un retrete” me contesta el dueño de la casa.
    
    “Tus padres regresan pronto?” Esperando que eso podría auxiliarme
    
    “Mi madre trabajando y mi padrastro esta en el bar, y llegan bastante tarde”
    
    Era evidente que carecía de posibilidades de salvar mi situación, cuando me ofrecen la toalla, me dice Enzo:
    
    “Quiere que la seque?”, le agradezco, y comienzo a hacerlo, pero me la quita, y intenta pasar la toalla por mis brazos, con cierta premura, aunque previo a eso se habían quitado la ropa quedando solo en ropa interior, pudiendo observar los bultos de sus vergas.
    
    Si bien no quería contradecirlos, trataba de aparear la situación, aunque notaba que se estaba poniendo más densa, donde me fue secando los brazos, cuello, para continuar con mis piernas, que, a pesar de intentar detenerlo, termine sintiéndola entre mi entrepierna.
    
    Hasta que comenzó a acentuarse, de una manera mordaz e incisiva, donde mi tenebrosidad o incertidumbre, parecían aumentar mi ritmo cardiaco, la respiración y la temperatura. Sintiendo que mis pezones, labios vaginales y clítoris, se llenaban de sangre siendo más sensibles y perceptivos, alterando mi libido, algo extraño, pero real.
    
    ‘Sáquese el delantal, maestra”Dijo uno de ellos, que previamente dudé, hasta que terminé haciéndolo.
    
    Actuaban de una manera tranquila pero persistente, cediendo lentamente ante ese acoso persuasivo, hasta que llegó el momento en que debía quitar el vestido, que, a parte de mi negación, comenzaron a desprender los botones, que tuve que permitir, no deseaba ser violentada, sabía que de una manera u otra me harían suya.
    
    Quedé en ropa interior ante el acometimiento de estos pendejos, que al verme en esa situación, comenzaron a tocar mis tetas, que remarcaban perfectamente mis pezones a través de mi sostén, que ...
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