Compartiendo Familia 5 - Relatos Eróticos

Compartiendo Familia 5

... le caía mejor de hermano que Valentina.

Claro, la primera vez que Karina se acercó a abrazarme restregando sus tetas en mi torso estando su madre presente me quedé gélido, pero al no ver ninguna reacción negativa por parte de Alicia me fui deshinibiendo y los abrazos se hicieron comunes entre nosotros, como todo lo demás.

Con esta nueva dinámica familiar estaba que reventaba, cada día era tener una erección que no bajaba y ciertamente me empezaban a doler las bolas. Pero testarudo como soy, hacer justicia por mano propia no estaba en mis planes. Solo tenía que esperar el momento adecuado para volver a sentir la calidez del coño de mi hermanita. Y el momento llegaría, pero no precisamente como lo esperaba. ()

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Era un domingo caluroso de mañana, me encontraba solo en la sala viendo una serie. Karina no había bajado a hacer sus ejercicios, lo cual era algo fuera de lo normal, pero cuando Alicia bajó me contó que Kari se sentía mal por la regla y que casi no había dormido del dolor. A lo cual le conté que Valentina llevaba desvelándose dos días seguidos en la computadora y que hoy por la mañana había por fin caído rendida en la cama.

– Entonces tenemos la tarde para nosotros solos Demi– comentó Alicia y sonriendo dijo – si tenemos suerte, no salen hasta en la noche

– Supongo que sí. ¿Y ahora qué hacemos? Si seguimos Vikingos sin Kari, se va a enojar

– Uuy no, para que quieres. Primero voy a preparar algo para nosotros y unos sandwiches para ellas cuando despierten

La acompañé a la cocina para ayudarla, en todo ese tiempo no perdí detalle del prominente escote del vestido que llevaba puesto, lo que más me excitaba era ver cómo caín unas pequeñas perlas de sudor en el canalillo de esas hermosas lolas. Cuando hubimos terminado volví a preguntar si tenía alguna idea para pasar la tarde.

– ay pues no sé, vamos a ver una película en lo que se nos ocurre otra cosa ¿ quieres? El otro día hicimos una lista de cuáles ver ¿te acuerdas?

– Sii, es verdad déjame la busco

– oye pero me da mucho calor ahorita en la sala ¿Y si nos subimos a mi cuarto y prendemos el clima?

Accedí de inmediato y no por el morbo de estar en la habitación de mi suegra, sino porque de verdad hacía un calor infernal. Aunque también al escuchar la proposición mi verga se puso dura.

Cuando subimos por la escalera ella iba delante mío por lo que veía cómo se movían sus nalgotas con cada escalón que subía.

Realmente no recuerdo cuál fue la película que elegimos para ver, durante casi dos horas toda mi atención estuvo puesta en la mujer qué acompañaba. Estábamos sentados uno a cada lado de la cama y el corto vestido se le había ido subiendo poco a poco dejando casi la totalidad de sus muslos y piernas al descubierto. En algún punto a mitad de la película Alicia se quejó de su dolor de espalda a lo cual le dije que podría se por la posición en que estaba sentada y ella coincidió, pero en vez de solo recostarse hacia atrás, la vi levantarse ...