1. Sobrino consentido


    Fecha: 19/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Miralapa, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pero apenas se iba, iba al lavamanos, donde dejaba su bóxer recién cambiado, y me lo ponía en la narizoliéndolo lo más profundo posible, quería percibirlo bien, no entendía porqué pero nipijita se ponía muy dura cuando me quedaba ahí oliendo ese olor de mi tío.
    
    Luego, oliendo, yo mismo, me sacaba mipijita de la ropa y me jalaba con una mano. Mientras, con la otra olía el bóxer de mi tío. En esos momentos, mis orgasmos eran secos y limpios, pero intensos al sentir el olor de mi tío.
    
    Pero un día las cosas dieron un giro.
    
    Una noche, en la que mi mamá trabajó hasta tarde, y mis abuelos habían salido porque estaban de aniversario de bodas, quedésinnadie en casa. Con nueve años, yo, ya eralosuficientehábil como para cuidarme solo. Sonó el timbre, mi tío llegó, e inmediatamente fue a bañarse porque él venia de trotar.
    
    Alterminarsu baño, después de nuestra ritual conversación con «unaducha» de por medio, él salió, y allí quedé yo solo con los bóxer sudados de mi tío los cuales comencé a oler como un adicto aspira su droga.
    
    Estando en plena «acción» con el bóxer de mi tío en la cara, y haciéndome una paja, entrósorpresivamente susurrando alguna cosa que al mirar cerró la boca y me miró fijamente, Mientras lo veía ponerse rojo como un camarón, y con el ceño muy fruncido. Esto sólo ocurría cuando él estaba realmente enojado.
    
    «¿Qué es lo que estás haciendo!» Preguntó pausadamente pero con mucha firmeza -El enojo se le veía en lacara–.
    
    Yo me sentí morir. Tenia mucho miedo de ver mi tío así de enojado. Me arrancó bruscamente el bóxer.
    
    «Muchacho, te voy a enseñar a respetar. Pero ¿Qué rayos se supone que estás haciendo con mi ropa interior!»exclamómuy serio, y levantando el tono de voz, me dijo: «No se hace. No se hace. ¿Eres homosexual o enfermo, qué te pasa?»
    
    Abracé una de sus piernas y asustado le dije que no sabía qué me pasaba pero que él me gustaba,
    
    «Yo también te quiero. Pero no de esamanera.» dijo conteniendo su rabia y se fue.
    
    Ahí quedé, solo,asustadoyllorandoensilenciodemiedo. Pasó al rededor de una semana, y, mi tío, al parecer no dijonadaanadie.
    
    En otra ocasión cuando mis abuelos salieron con mamá, quedé viendo televisión con mi tío, se quedó dormido.
    
    Regresé al baño, porque él hacía poco se había bañado y tenido nuestra conversación de siempre. Ahí estaba su bóxer que volví a oler trayéndome aquella prematura y lujuriosa excitación al oler el olor de mi tío que me enloquecía.
    
    Se me ocurrió una idea, por lo excitado que estaba, y sabiendo que él ya me habíavistouna vez, oliendo susboxers y su reacción no fue la mejor, quise, sin embargo, probar conmarmarle lapija,élestando dormido en el sofá.
    
    Regresé a la sala, y poco a poco,con muchocuidado,metí mi mano en su bóxer, sintiendo aquellacalientita y flácidapija dentro de su paquete.
    
    Comencé a apretarla como un juguete, con más delicadeza y cuidando que mi tío no despertara. La sentí que empezaba a crecer, miré su rostro... Dormido. Quizás soñaba con su ...
«1234...»