1. Sobrino consentido


    Fecha: 19/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Miralapa, Fuente: SexoSinTabues30

    Me llevaba muy bien con mi tío.Después de un año de estarle mamando lapija a Angelito, me tuve que mudar,porque finalmente mis padres se separaron, y tuve que irme con la familia de mimadre a otro país.
    
    Todas las noches, teniendo solamente siete años, a punto de cumplir ocho años, me la jalaba pensando en Angelito. Me acordaba de lo rico que me era saborear sulechita cada vez que me la daba dos o tres veces seguidas. Recordaba la ternura con que a veces me tocaba. Era extraño, porque, nunca me penetró -en ese tiempo no sabia todavíaeso-.
    
    Bueno, tomamos un avión, llegamos a nuestro destino, la casa de mi abuela. El inmueble era enorme, con muchos pasillos y habitaciones, los dormitorios estaban en el segundo piso, donde estaban: el dormitorio principal de mis abuelos y otras cinco habitaciones que eran las de mi mamá, y mis tíos. La mayoría de mis tíos se habían casado entonces, de modo que solamente quedaron en casa, mis abuelos y mi tío el menor, que en ese entonces tenia unos veinticinco años, a quien no había visto desde que yo era un bebé.
    
    Al principio me costó adaptarme, porque al parecer, ni mis tíos, ni mis abuelos, hablaban español. Cosa que se me hacia difícil de asimilar por la edad, ademásdeesto,pronto comenzaría la escuela en Alemania.
    
    Yo, siendo un chico muy inquieto, miraba y revisaba todo. Mi abuela, cada vez que me veía husmeando algo, iba tras de mi gritando su germánica algarabía que parami,enelmomento, eran sólo galimatías.
    
    Al caer la noche, llegó mi tíoe inmediatamente hubo química entre nosotros. Era como jugar con un niño grande. Me gustaba estar con él porque jugaba a los automóviles conmigo, jugábamos a «pelear» y cosas que juegan los varones, como si élfueradenuevo uninfanterisueño. Gracias a eso, comencé a entender mis primeras palabras de alemán,porqueyosiempre buscaba hablar con él.
    
    Me caía muy bien mi tío, y lo veía como un papá. Pero como ya me había parcialmente iniciado,llevaba el deseoqueél me diera su leche también.
    
    Mi tío era un hombre hermosos, de dos metros de alto, cabello castañoclaro,barbacobriza, y ojos miel. Una hermosa piel blanca, y labios relativamente carnosos y muy rojos. Él tenía un equipo de pesos en su habitación los cuales levantaba. No era un adonis; tenía una pequeña barriga, pero tenía sus buenos músculos, y unos lindos pectorales rosados.
    
    Él vivía la mayor parte del tiempo que pasaba en casa, en solamente bóxer azul oscuro, que por sobretodo le marcaban un paquete que yo quería tocar. Pero me daba miedoquemitío se fuera a enojar.
    
    En fin, era tanto lo que buscaba verlo, que hasta el baño, cuando él se bañaba, yo entraba al baño y le hablaba. Él, cerraba la puerta de la ducha y me hablaba, y conversamos, pero no podía verlo,peseamideseodeverlodesnudo.
    
    Finalmente a los nueve años, se me ocurrió, que si me daba miedo a que se enojara, y no lo tocaba, podía entonces saber cuál era su olor, oliendo los bóxer que se cambiaba. Y así seguí conversando en la ducha con él, ...
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