1. Mi urólogo me dijo, todo lo suyo es mental.


    Fecha: 19/10/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mis mejores momentos, mi excitación era tal, que a medida que le daba verga de la buena a mi mujer, Elizabeth gritaba del placer, el ver como mi verga entraba y salía de su coño, me excitaba y calentaba más aún.
    
    Por su parte Elizabeth, movía sus caderas al tiempo que yo sentía como su vulva, prácticamente se chupaba mi verga. En medio de mi excitación, en medio de mi desespero, saqué mi verga de su coño y sin detenerme rápidamente se lo clavé en medio de su sabroso culo, cosa que ya tenía cierto tiempo que no disfrutaba, por mi condición.
    
    Sus gritos de placer me enardecían más, por lo que con una de mis manos busqué su coño, y a medida que yo continuaba metiendo y sacando mi verga de su apretado culo.
    
    Con mi mano me dediqué a apretar su clítoris, al tiempo que Elizabeth, en medio de un orgasmo, me pedía que le diera más y más duro, hasta que ambos alcanzamos un tremendo clímax.
    
    Al terminar los dos nos quedamos tirados sobre la alfombra de la sala, y fue cuando mi mujer bastante sorprendida me comentó que esas pastillitas eran fantásticas. Fue cuando le dije que no las había tomado, que lo único que hice fue pensar en el momento que ella bailaba con aquel joven.
    
    Al principio ella parecía no entenderme, pero al darse cuenta de que yo le estaba confesando que me excitó tremendamente, el recordar como ese tipo, él que la sacó a bailar, y apretaba su cuerpo contra el de ella, restregando su miembro.
    
    Elizabeth, me preguntó que sentiría yo si ella me llegaba a ser infiel, la sola pregunta me molestó, por lo que no seguimos con el tema. Pero posteriormente me dijo que si en lugar de serme infiel realmente, se inventaba algo. Aunque tampoco esa idea me agradó mucho, decidimos hacer la prueba, pero quizás por el conocimiento que yo tenía que todo era falso, el resultado no era el mismo.
    
    Y como a las dos semanas, volví a sentirme sumamente ansioso, y eso que Elizabeth se dedicó a mamar mi verga, pero con el triste resultado que nada más se la introdujo en la boca yo me vine como un perfecto pendejo.
    
    Así que inevitablemente, volvimos a tocar el tema de la infidelidad. Fue cuando Elizabeth me confesó que ella se estaba comenzando a sentir mal conmigo, a pesar de lo mucho que me amaba. Por el hecho que cuando yo actuaba de esa manera en la cama, ella se quedaba frustrada, y molesta.
    
    Deseando volver a tener una buena verga, dentro de su coño. El nada más escucharla, quizás para otro hombre por lo menos lo hubiera hecho pensar en divorciarse. Pero en mi caso, eso me hizo ver algo que no quise aceptar en principio, y era que el pensar o saber que mi mujer me podía ser infiel, me excitaba tremendamente.
    
    Por lo que, a pesar de mi manera de pensar, entre los dos decidimos que haríamos una prueba. Nada que fuera real, simplemente era algo así como que Elizabeth, comenzara algo, con algún tipo, pero no lo llegase a terminar. Así que después de pensarlo mucho, fuimos a uno de los hoteles que tienen salón de baile. Mientras que yo me ubiqué ...
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