1. Mi urólogo me dijo, todo lo suyo es mental.


    Fecha: 19/10/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    En fin, no es que yo fuera mal pensado, pero a mi edad una de las peores cosas que uno puede hacer, es hacer el papel de pendejo. Por lo que de inmediato sospeché, que mi Eli me estaba siendo infiel.
    
    Ya me imagino las cosas que pueden llegar a decir o pensar, después de que se lean esto, y puede que la mayoría sean ciertas.
    
    Mi nombre es Jorge, y entre mi mujer (Elisabeth) y yo tenemos más de cuarenta años de diferencia. En fin, yo tengo un poco más de setenta, mientras que Elizabeth tiene treinta y tantos, pero sin exagerar pareciera ser no mayor de veintiocho.
    
    Cuando nos casamos ella apenas y había cumplido los dieciocho, mientras que yo ya rebasaba los cincuenta, y desde ese entonces, nunca faltó quien me dijera, o mejor dicho me insinuaran, o que yo era demasiado viejo para Eli, o que Eli era muy joven para mí. Pero después de casi veinte años de casados, nunca tuve que preocuparme por eso.
    
    Pero recientemente, eso sí comenzó a preocuparme ya que comencé a darme cuenta de ciertos cambios en la manera de actuar de Elisabeth. Aunque ella siempre se ha distinguido por vestir de manera elegante, cosa que me enorgullecía mucho, de repente comenzó a usar ropa mucho más juvenil, tanto que cuando asistíamos a alguna actividad social, no faltaba uno que otro chico que me pidiera permiso para bailar con mi hija e incluso hasta pensaban que yo era su abuelo. Lo peor de todo, eso era la cara de inocente alegría que ponía Eli.
    
    Como les dije, mi mujer se arreglaba de manera diferente, pero no tan solo se trataba de eso, sino que se la pasaba más tiempo en la calle, sin dar explicación alguna. En ocasiones se la pasaba charlando por teléfono por largas horas, riéndose, y hablando en voz baja.
    
    En fin, no es que yo fuera mal pensado, pero a mi edad una de las peores cosas que uno puede hacer, es hacer el papel de pendejo. Por lo que de inmediato sospeché, que mi Eli me estaba siendo infiel.
    
    Para colmo de males, quizás por culpa de esos morbosos pensamientos, cuando teníamos relaciones, me ponía sumamente ansioso, cosa que nunca me había sucedido antes. Es más, yo me enorgullecía, y me llenaba la boca, hablando sobre mi gran capacidad, de poder estar con cualquier mujer, y no venirme hasta que a mí se me diera mi real gana.
    
    Por lo que en ocasiones cuando Elizabeth regresaba, y yo le insinuaba que nos fuéramos a la cama, nada más comenzaba a metérselo cuando sin poder hacer nada, me venía, o peor aún, había días en que ni se me paraba, por muchas ganas que yo tuviera.
    
    Claro que mi mujer se dio cuenta de eso, y de mi cambio de carácter, y me sugirió que fuera a ver un psiquiatra, o un psicólogo. Lo que a pesar de que la idea, nunca me agradó, finalmente acepté, ver a una psiquiatra. Y ya después de la quinta cita, y de haber sido referido a un urólogo, y haberme hecho todos los condenados exámenes, que me hicieron, la doctora, me dijo.
    
    Don Jorge todo lo suyo es mental, físicamente me indica el urólogo, que usted se encuentra ...
«1234...»