Familia Corrupción y Sexo 37 - Relatos Eróticos

Familia Corrupción y Sexo 37

... emocionada.

Si, ella también es hembra, no se la merece el crio de Steve, yo también quiero un bebe de él – murmuro Luna molesta empezando a sobarse sus pechitos.

Tranquila, también lo será, todas le daremos lo que quiera a nuestro macho, y luego las 3 iremos contra ella, le daremos nuestro tratamiento especial para que se le quite lo mañosa con los niños secos, jijijijiji – murmuro maliciosa Mar sabiendo todo el placer que iba a continuar, viendo aún oculta a su Dany disfrutar de aquel trió.

Rene, Jane ustedes son mis hembras y no las dejaré ir, verán que no encontraran mejor macho que yo, acéptenlo hermosas, son mías, ah – decía con malicia Dany quien en ese momento acostaba a la mayor para penetrarla en su conchita con un esfuerzo en su cogida.

Ambas gemían como putas, escurriendo sus fluidos de manera copiosa, mientras se aferraban entre sí movidas por las caderas, perdidas en cada movimiento de su macho, recibiendo los embistes de Dany, quien a Jane, iba masturbando con su mano, sobando ambos orificios al mismo tiempo, empapándose en sus deliciosos jugos de gloria, haciéndole una doble penetración que sacudía su mente haciéndole olvidar parte de las sugestiones, pues le hacía delirar de placer gracias a una oleada de electricidad que invadía su cuerpo con un éxtasis total, pero no solo el de Jane, también el de Rene, iba con todas sus fuerzas en un movimiento candente lleno de fervor sexual, sintiendo los pliegues internos de esa carne entregada a él, cuando finalmente se corrieron ambas, quedando rendidas, pero antes de desfallecer Jane se acercaría para lamer la conchita de su hermana, tomando un poco de la corrida, para compartirla en un beso perverso, luego serian tomadas por Dany, quien se dormiría con ambas sobre su pecho, y estas contentas soñarían seguras en todas las cosas que harían a partir de ese momento, juegos sexuales, tríos, u orgías, todo en una completa depravación, pues sus sueños ya eran fantasías eróticas donde su macho las reclamaría para darles el placer que tanto ansiaban, junto a las otras compañeras de cama, sabiendo que su familia estaba corrompida, y les encantaba.