1. El Demonomicón – Cap.01 Invocación


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Gays Autor: Nauj69, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Irvin, queriendo intervenir al ver como su compañero sujetaba por la cabeza al pálido niño y con fuerza hacía que éste se introdujera en la boquita la mitad de su firme y largo miembro masculino.
    
    –No te preocupes. —Contestó Dorian, al tiempo que continuaba obligando a Eliot para que le comiera la verga–Tú también tendrás tu turno para que el putito te la mame así de rico.
    
    El agraviado niño intentaba liberarse. Trataba de empujar a su captor con sus manitos sobre los muslos de Dorian; pero éste lo retenía con firmeza con ambas manos por detrás de la cabeza y con su pelvis le empujaba e introducía más su curvo rabo dentro de la boca. Cuando el pobre de Eliot sintió esa larga verga pasar más allá de su campanilla, pensó que vomitaría, aunque por suerte eso no pasó; pero si tuvo tremendas arcadas y las lágrimas le recorrían las mejillas coloradas, y una vez más sintió que no podía respirar.
    
    Hasta que al fin el indefenso de Eliot tuvo suerte y escuchó otra voz masculina a lo lejos:
    
    –¡¡HEY!! ¡¿Qué están haciendo ahí?! —Era la voz del guardia que se encargaba de vigilar el parque contiguo a la callecita donde ellos tres estaban.
    
    Al instante el par de adolescentes bravucones salieron corriendo de la escena, que a Dorian ni le dio tiempo de guardar su impúdica erección. Por su parte, Eliot tuvo oportunidad suficiente para levantarse y limpiar con el dorso de su brazo los restos de saliva y jugos seminales de su boca, todo antes de que el mulato guardia se acercara a él.
    
    –¿Estás bien, niño? ¿Qué ha pasado? —Preguntó el uniformado, que no había logrado ver bien lo que pasó; pero aun así Eliot se sentía tan avergonzado que sólo supo huir de ahí.
    
    Su mochila se tambaleaba con cada zancada que daba. Sintió como de nuevo sus azules ojos se nublaban por el llanto; a la misma vez que gotas de lluvia empezaban a caer de un ahora cielo color gris, abovedado completamente por nubes tormentosas.
    
    La súbita tormenta de verano había atrapado a Eliot, al punto que, con apenas unos pocos metros ya estaba calado de agua hasta los pies; por lo que tuvo que refugiarse en el local más cercano. Uno que extrañamente nunca había visto antes y eso que él siempre tomaba ese camino a casa. La tienda tenía un gran letrero sobre la vitrina junto a la puerta, uno que leía: <Tienda de Antigüedades Erasmus>. Al pequeño Eliot no le quedó de otra más que entrar.
    
    La tienda estaba desierta, ni siquiera había alguien detrás del mostrador de la caja. Eliot trató de escurrirse y así no mojar mucho; él es de esa clase de niño bueno que siempre cumple las reglas y piensa en los demás. Cuando pasó de la entrada y caminó por las altas y abarrotadas estanterías, vio todo tipo de objetos antiguos, artefactos inusuales y varias cosas muy raras, de esas que sólo había visto antes en su colección de enciclopedias. Su curiosidad lo llevó hasta el fondo de la tienda, a una sección muy mal iluminada y hasta cubierta de polvo.
    
    El niño se giró buscando al dependiente, sentía que ...
«1...345...9»