1. El Demonomicón – Cap.01 Invocación


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Gays Autor: Nauj69, Fuente: SexoSinTabues30

    La tarde era calurosa, la más caliente que el joven Eliot había experimentado durante todo ese verano; tanto, que mientras caminaba de regreso a su casa, sentía como la camisa blanca de su uniforme escolar se adhería a su delgado cuerpo y no sólo eso, la frente se le llenaba de incontables gotitas de traspiración y el peso de su mochila parecía acrecentarse con cada paso; que para colmo de males todavía le faltaba bastante camino por recorrer. Sólo que el pobre de Eliot no llegó muy lejos, no sin antes toparse con problemas.
    
    De golpe sintió como algo o alguien lo empujaba por detrás y a su vez lo azotaba contra la pared que estaba del otro lado de la vereda por la que él transitaba. Luego experimentó una fuerte presión en su cuello, justo en el preciso instante en el que comprendió que fue lo que había pasado. Dorian, el bravucón de su escuela y por desgracia también vecino, lo había arrojado contra el muro de ladrillos y ahora lo tenía sometido violentamente con el brazo al cuello, arrebatándole el aliento.
    
    –¿A dónde crees que vas, ratita de biblioteca? —Le dijo Dorian a su víctima, poniendo el rostro a pocos centímetros del suyo–No puedes irte sin antes pagar el derecho de vía.
    
    –Po…por favor… No te…tengo diner—¡Ugh~!
    
    Eliot trataba de hablar y pedir que lo dejaran en paz; pero le costaba mucho respirar e incluso cada vez le era más difícil, pues su agresor aumentaba la fuerza con la que lo sometía.
    
    –Yo digo que sí tienes. —Otra voz habló, una que provenía de su izquierda. Se trataba de Irvin, el compañero de grado y secuaz de Dorian. Ambos eran chicos mayores, de 17 años.
    
    –¡Revísale los bolsillos! —Ordenó el bravucón a su amigo.
    
    Irvin de inmediato metió sus manos en los bolsillos del pantalón de Eliot, esculcando con brusquedad, y como no encontró botín alguno, éste pasó a revisarle de igual forma las bolsas traseras; manoseando en el proceso las redondas y firmes nalgas del pequeño Eliot, quien involuntariamente soltó un leve gemido al sentir el tosco cateo de su segundo agresor.
    
    –¿Has oído eso, Irvin? Parece que al niñito le ha gustado que le tocaras el culo.—Y el malicioso de Dorian se rio en tono burlesco.
    
    –¡Por favor…no! —Suplicó Eliot, sintiendo como sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas.
    
    Y justo en ese momento, el otro chico extraía victorioso el dinero que había encontrado.
    
    –¡Claro, si se le nota que es un mariconcito! Sólo mira cómo se te queda viendo.
    
    Entonces Dorian soltó a su presa y se alejó un poco para comprobar si lo que su compinche había dicho era cierto. Él llevaba toda la camisa de su uniforme desabotonada por el calor, descubriendo su torso esculpido; puesto que hacía ejercicio y mantenía un pecho bien torneado y un abdomen con todos los cuadritos marcados. Y por desgracia para Eliot, éste en verdad que no pudo evitar bajar la mirada por unos segundos y espiar el envidiable físico de aquel bravucón; el cual había hecho de su primer año en la secundaria todo un verdadero infierno, ya ...
«1234...9»