Con mamá es más sencillo - Relatos Eróticos

Con mamá es más sencillo

... saber cómo reaccionaría un descerebrado como él. Aunque necesitaba aliviar mi conciencia y Alan siempre había sido mi confidente.

Fuimos haciendo planes para el finde. Las chicas de la semana anterior se habían quedado con ganas de catarme y estaban dispuestas a repetir plan. Mi hermano, como compensación, me tenía organizado un trío con dos de ellas, las que estaban más buenas. Por extraño que pareciera, no me hacía la ilusión que me hubiera hecho el fin de semana anterior. No conseguía superar lo que había sucedido.

Llegó elviernes por la noche y yo estaba ya casi a tope, pero solo físicamente. Mi hermano estaba pletórico, se peinaba frente al espejo mientras cantaba canciones improvisadas en las que decía lo mucho que iba a follar esa noche. Me hubiera gustado contagiarme de su optimismo, pero estaba encerrado en mi habitación, era un mar de dudas. El sexo con mi madre no debía repetirse, pero si pudiera suceder una única vez más... un último polvo estando yo en plenas condiciones. Entonces Alan entró en mi cuarto, interrumpiendo mis incestuosos pensamientos.

- ¿Qué haces todavía sin vestir?

- Sí, ahora voy... es que yo...

- ¿Se puede saber qué narices te pasa?

- En realidad no, no se puede.

- No me jodas, Yago, nosotros nos lo contamos todo.

- Esto es mejor que no, créeme.

- ¿No se te levanta la picha por el golpe?

- No digas tonterías.

- Pues si no es eso, no hay nada tan grave como para no hacer un trío.

- La semana pasada follé con mamá.

- ¿¿¿Cómo???

- Me vio triste por no poder salir y quiso satisfacerme.

- Eso no hace gracia, tío.

- Te juro que es verdad.

- No me lo creo, se lo voy a preguntar.

Con el asombro todavía reflejado en la cara, Alan salió en busca de nuestra madre dispuesto a salir de dudas. La mía era una confesión difícil de creer, pero no tanto si tienes una madre así. En el fondo sabía que le había dicho la verdad, nunca me inventaría algo como eso. La interceptamos en el cuarto de baño, a punto de meterse en la ducha.

- Mamá, el imbécil este está diciendo cosas muy fuertes.

- ¿Qué cosas, cariño?

- Dice que le echaste un polvo.

- Y dice la verdad.

- Pero eso no puede ser.

- ¿Por qué?

- Joder... ¡Porque es tu hijo!

- Tú también lo eres. ¿Consideras que deberías tener el mismo trato?

- Pues...

- No dudes tanto, con mamá es más sencillo.

Continuará...