1. Con mamá es más sencillo


    Fecha: 15/10/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... disfrutes.
    
    Aquella noche, la mujer que me parió, llevó el amor de madre al siguiente nivel. Sabiendo que el dolor me tenía casi inmovilizado, me desnudó de cintura para abajo y comenzó a pajaearme. Mis leves intentos por evitarlo no sirvieron de nada. Me tenía bien agarrada la polla y la bombeaba mientras me acariciaba el pelo y me susurraba que estuviera tranquilo, que mamá estaba ahí para su niño.
    
    Cuando ya me había rendido por completo, mi madre se bajó un tirante del camisón y se sacó un pecho que me acercó a la boca. Me amamantaba sin dejar de masturbarme. Sus tetas eran de buen tamaño, grandes sin llegar a ser exageradas, y se mantenían bastante firmes. Su pezón estaba duro, era sencillo aferrarme con los labios y acariciarlo con la la punta de la lengua.
    
    Tenía la tranca como una piedra, apunto de explotar. Consciente de ello, mi madre se colocó sobre mí, se arremangó el camisón y, tras mostrarme que no llevaba ropa interior, se hundió mi polla hasta el fondo de su depilado coño. No pensaba que fuese a llegar hasta ese punto, me costaba creer que lo hacía solo por mí y no por ella.
    
    - Mamá, esto ya es demasiado.
    
    - No hables, pequeño, déjate llevar.
    
    - Con la paja ya era suficiente.
    
    - Es lo más natural del mundo que una madre complazca a su hijo.
    
    - Pero no así.
    
    - No seas terco, eres carne de mi carne.
    
    Me hubiera gustado seguir rebatiendo sus argumentos, pero ya me había llevado a ese punto de no retorno con sus meneos de cintura. Su coño húmedo y caliente subía y bajaba por mi polla, dándome placer con cada movimiento. Colocó mis manos sobre sus nalgas mientras seguía cabalgando con sutiliza, tratando de no hacerme daño.
    
    Ella no podía evitar gemir cada vez que sentía mi miembro viril entero en sus adentros. Eran gemidos suaves, tímidos, provocativos. Agarrado al culo de mi madre, estaba a punto de llegar al orgasmo. Quise librarme de ella para no hacerlo en su interior, pero se quedó sentada sobre mí, moviendo sus caderas lentamente hasta que derramé todo mi semen en su vagina. Después se tumbó a mi lado, no quería dejarme dormir solo.
    
    El dolor y los remordimientos no me dejaron dormir en toda la noche, aunque ella parecía no tener cargos de conciencia. Conforme fue avanzando la semana, ambas cosas fueron desapareciendo. Todavía me dolía el cuerpo, pero ya podía caminar con normalidad. De la misma manera, seguía pensando que el polvo con mi madre estaba mal, pero nadie me lo había hecho tan bien.
    
    Había tenido un orgasmo brutal, eso era innegable. No sabía si era por sus habilidades o por el morbo que en el fondo me daba tener sexo con ella. No podía evitar imaginarme cómo hubiera sido si yo hubiese podido moverme, si también hubiera puesto mi experiencia al servicio del placer filial. Esa idea me taladraba la cabeza.
    
    Lo más difícil era mirar a mi hermano a la cara después de haberme dejado follar por nuestra propia madre. Nosotros nos lo contábamos todo, pero aquello era demasiado fuerte, era imposible ...