1. LAS MUJERES DE MI FAMILIA. (3) – FINAL.


    Fecha: 15/10/2019, Categorías: Hetero Incesto Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... había notado por la campera liviana que llevaba puesta. Le pregunté si quería tomar algo mientras yo guardaba todo en el privado y dijo que ella se encargaba de servir las copas, para ello se dirigió al bar que estaba en una esquina del living y que yo había provisto con abundancia en la mañana. Tomé la copa que me alcanzaba y la dejé a un costado diciéndole que habíamos ido a otra cosa, de seguido la abracé y le comí la boca con ganas, sus labios llenos siempre me habían gustado y la sentí vibrar y gemir mientras mi lengua se internaba en su boca.
    
    “Por DiosMaxi, necesitaba esto”, -dijo abandonándose al beso y respondiéndolo-. A pesar de que era alta y sus curvas abundaban, se hacía chiquita entre mis brazos, su pelvis trataba de pegarse a mi bulto y mis dos manos estaban más que activas, una de ellas pasó por debajo de su remera y ascendió por su espalda para soltarle el broche del sostén, la otra se prendió, como náufrago a un madero, a una de sus nalgas duras y la apreté haciéndola gemir nuevamente. Su risita se tornó un tanto nerviosa cuando dejé de besarla y la alcé como a una novia para llevarla al dormitorio, allí reptó cuando la deposité sobre la cama y se soltó el jeans para que le ayudara a sacárselo, algo que hice de inmediato, ella se sacó la remera mientras deslizaba el pantalón junto a su tanga y lo sacaba de sus piernas. Antes nunca me había tomado el tiempo que me tomé viendo su vagina depilada y mojada, tampoco para meter mi cabeza en su entrepierna y atacar con lengua y labios su intimidad.
    
    Mi boca abarcaba toda su vagina y pasaba mi lengua desde su hueco hasta su botón que parecía palpitar.Gloria se retorcía pidiendo más y absorber su clítoris derivó en un orgasmo violento que la hizo tensarse, arquearse y temblar sobre la cama, sus pies apoyados y su cabeza sostuvieron su cuerpo y mis manos aferraron sus glúteos para poder apretarlos a gusto.“Sacate la ropa cielo, quiero tenerla”, -dijo recuperándose y dejé que ella lo hiciera-, estaba cantado que en ese momento no tenía el cuerpo que ella conocía, delgadez y músculos atrofiados no mostraban a un Adonis, pero ella prefirió pasar los dedos por las cicatrices de mis operaciones y eso pareció enardecerla.
    
    No la dejé que simplemente me diera una mamada, la puse invertida porque todavía me quedaban ganas de disfrutar de sus jugos, a más, mis manos libres podrían disponer de los montes de sus nalgas y de su asterisco, con el cual ya había jugado, pero nunca penetrado ni siquiera con los dedos. La mamada queGloria me propinaba, si bien es cierto que no había mejorado mucho y no pasaba de meterse la mitad de mi ariete nunca podría haberse producido antes de ese modo, yo no aguantaba tres lamidas y ahora no sólo podía soslayarse con mi verga, sino que recibía una mamada de antología que la hacía temblar cada dos por tres.
    
    Su clítoris se había sensibilizado y mis lamidas y chupadas a éste se traducían en gemidos altos que trataba de amortiguar sin trabajar en mi verga o ...
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