1. Club de adictos a las MILFs (8)


    Fecha: 14/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... tipo. Vivía en un departamento, acá a veinte cuadras. Apenas lo vi, me di cuenta de que era un baboso de manual. Me miró las tetas sin siquiera disimularlo. Y encima ese día hacía mucho calor, así que me puse un vestido. Es un modelo bastante casual, pero viste como es mi cuerpo, con cualquier cosa llamo la atención.
    
    —Sí, es cierto —reconocí.
    
    —Bueno, yo ya me veía venir un intento de levante —continuó contando—. Así que quise terminar con la transacción lo más rápido posible. Le entregué el pedido. Pero el tipo se tomó su tiempo para ir a buscar el dinero. Me dijo que si no quería sentarme. Le dije que no, que estaba un poco apurada. Volvió al rato con la plata. Cuando la iba a agarrar, él no la soltó. Me dijo que era muy linda. Yo le dije que gracias. Me preguntó que por qué no me quedaba un rato a tomar algo con él. Le dije que le agradecía mucho, pero que ya me tenía que ir. Quizás otro día. Que me escribiera a la página desde donde hizo el pedido.
    
    —Pero, ¿por qué le dijiste eso? —pregunté, interrumpiéndola, sin poder evitarlo, ya que me daba mucha curiosidad ese detalle—. ¿No era más fácil darle un rotundo no? ¿Por qué darle esperanzas?
    
    —Uf, no sé. Esas situaciones me ponen muy nerviosa —respondió ella—. Ya sé que a estas alturas ya debería saber lidiar con esas cosas de manera más astuta. Y de hecho, normalmente lo hago. Pero cuando me encuentro con un tipo así, tan insistente. Y encima en esa situación en donde estábamos los dos solos, y me podía pasar cualquier cosa. No sé, me daba mucho miedo hacerlo enojar, ¿entendés?
    
    —Sí, entiendo. Y ahora que lo decís, la postura que tomaste me parece la más apropiada —aseguré.
    
    —Sí, además, son cosas que se dicen, y que el otro sabe que no va en serio —siguió diciendo mamá—. Como cuando en un bar un tipo que no te gusta te pide tu teléfono. Yo se lo doy, pero después no contesto los mensajes.
    
    —¿Y no es más fácil decirle que no directamente? —pregunté.
    
    —Puede ser Bauti, no sé, yo soy así —explicó mamá—. Me sale ser simpática y complaciente. Por eso muchos se confunden. Y creo que este tipo se confundió, porque a pesar de que estaba nerviosa, e incluso con miedo, seguro que tenía la sonrisa de oreja a oreja, y seguro que mis palabras sonaban como las de una mujer que la estaba pasando bien, que se divertía con el avance del tipo. Así que me imagino que por eso se envalentonó.
    
    —¿Qué hizo? —quise saber. La boca se me hacía agua.
    
    —Al final me entregó el dinero. Pero cuando lo saludé, con un beso en la mejilla, como hago siempre, corrió la cara y me dio un beso en la boca.
    
    —Qué atrevido —dije, tratando de mostrarme indignado, cuando en realidad no podía más que empatizar con aquel sujeto—. ¿Hizo algo más? —pregunté después, anhelando que la respuesta fuera sí.
    
    —Ya lo creo que hizo algo más —dijo mamá, con el ceño fruncido—. Me metió la lengua en la boca. Después empezó a tocarme el… —No se animó a terminar la frase.
    
    —El culo —dije yo, con total naturalidad.
    
    —Sí, pero ...
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